07/12/2025
09:32 AM

Líder gay asesinado casi se convierte en sacerdote

San Pedro Sula, Honduras.

A través de sus ojos llorosos doña Dolores Izaguirre podía ver cómo personas que ni siquiera conocía también derramaban lágrimas de pesar mientras su hijo René “Reny” Martínez era sepultado en el cementerio municipal de la colonia Buenos Aires de San Pedro Sula.

Algunos de esos dolientes eran personas a quienes Reny, como líder comunal del sector de Chamelecón, les había ayudado a encontrar un empleo. A otros les apoyó cuando perdieron un pariente, no solo moralmente sino también con recursos para llevar a cabo los funerales.

Le decían “el enterrador” porque no faltaba en los decesos de la gente pobre para gestionar el ataúd y a veces hasta el predio donde el fallecido sería sepultado, aprovechando su conexión con las autoridades municipales y su condición de dirigente nacionalista.

Desde niño participaba en las actividades de la iglesia.
Tenía diferentes perfiles de liderazgo a través de los cuales se proyectaba hacia los sectores más necesitados de la población, por eso hasta la embajada de Estados Unidos lamentó su muerte y está pidiendo que se esclarezca su crimen.

La última vez que su madre lo vio con vida fue el miércoles 1 de junio a eso de las seis de la tarde en su vivienda de la colonia Suyapa. “Vengo cansado”, le dijo a su progenitora, se tomó un fresco de jamaica y se fue a su cuarto. Venía de trabajar en el programa Comvida de la Municipalidad sampedrana que funciona en el edifico La Plaza.

Foto: La Prensa

Su madre dijo que era muy inquieto.
Estando en su habitación su madre escuchó que alguien lo llamó por el portón trasero para pedirle una de las provisiones que siempre tenía disponibles para las personas de la tercera edad.

Luego lo vio salir hacia el cercano Centro de Alcance (CDA) en el que se capacitan jóvenes en riesgo social que también él apoyaba en la organización de eventos. De allí salió antes de las siete de la noche, quién sabe hacia donde, y nadie lo volvió a ver.

“Lo más seguro es que siguió celebrando su cumpleaños”, dijo su hermano mayor Edwin Alexis cuando su madre preocupada le comentó al día siguiente que Reny no había llegado a dormir.

Sin embargo, comenzó a preocuparse después de reiteradas llamadas a su teléfono celular sin escuchar más que un frío “deja tu mensaje”.

Foto: La Prensa

Estaba bien relacionado con personajes de todos los sectores.
Para ese entonces ya el dirigente comunal y presidente de la asociación lésbico gay se había enfrentado con la muerte. Ese día su cuerpo fue encontrado sin vida en un solar baldío de la colonia 15 de Septiebre del mismo sector de Chamelecón y trasladado a la morgue judicial como desconocido.

Allí lo reconoció el viernes su hermano y fue entonces que trascendió la información sobre la muerte del que fuera baluarte en la defensa de los derechos humanos por lo cual era conocido hasta en el extranjero.

Fue una persona diferente. En su adolescencia entró a un seminario porque se había propuesto a ser sacerdote, pero una enfermedad lo sacó de ese centro y al recuperarse ya no quiso regresar, pero siguió participando en las actividades de la iglesia.



Cuando afloró en su juventud su inclinación sexual se fue a refugiar a la comunidad gay por temor a ser rechazado por su familia, pero su madre, una mujer libre de prejuicios, lo fue a rescatar contra viento y marea para tenerlo en su casa.

Fue entonces que comenzó a destacarse como dirigente polifacético en su comunidad. En cualquier actividad que Rony ponía su dinamismo y creatividad se ganaba el reconocimiento de la gente. Por eso ahora tantas personas lamentan y repudian su vil asesinato.