A sus escasos 13 años, Cristian Gómez Moreno pasó hambre, frío y hasta arriesgó su vida en vagones de trenes y al atravesar ríos y parajes desiertos, todo con tal de conquistar su sueño: comprar una motocicleta para cargar y vender leña.
El niño hondureño junto con 15 hombres dejó el país, con apenas unos cuantos lempiras y la bendición de Dios; pretendía llegar a los Estados Unidos para ganar dólares.
En su relato al diario El Sol de México, contó que hace cinco meses, mientras jugaba e imitaba a sus ídolos del equipo de fútbol ‘Olimpia’ en su barrio El Pedernal, ‘escuchó a un grupo de hombres que buscarían un mejor futuro en los Estados Unidos.
“Yo los escuché en la calle, los seguí hasta una casa donde estaban planeando el viaje y les dije que yo me iba con ellos. No tenía dinero, pero un amigo y un tío me prestaron para juntar para el viaje en camión”, recordó. Con 2,500 lempiras que consiguió con familiares y amigos corrió a su hogar edificado con tejas, madera, adobe y piso de tierra. Agitado pero decidido avisó a sus papás José Arnaldo y Karla Antonia y hermanos que emigraría a los Estados Unidos.
El pequeño narra que caminó largas jornadas pese al sol, la lluvia y el frío. Y aunque llegó a Baja California, decidió regresar a su casa debido a los peligros y a la falta de dinero.
Ahora se encuentra en la casa del migrante San Juan de Dios. Allí encontró comida, alojamiento y el cariño de altruistas personas que se han empeñado en hacer realidad su sueño y ayudarle a volver a casa.