Los cuerpos de Isaack Benett y su hijo Renold Benett Jefford llegaron la tarde de ayer a la morgue forense de esta ciudad, vía marítima procedentes de Guanaja, Islas de la Bahía.
Ambos fueron asesinados a machetazos la noche del lunes anterior en donde también resultó herida Margarita Velazques, pareja de Leonardo Alejandro Dixon (de 45 años), capturado por la Policía Nacional como principal sospechoso del doble crimen.
El imputado será remitido a los juzgados de la isla de Roatán por los delitos de homicidio e intento de parricidio.
La mujer fue trasladada a un hospital de La Ceiba donde se recupera de las heridas que le provocó su compañero de hogar Alejandro Dixon.
Cegado por la ira
Más detalles salen a la luz de este dantesco ataque que tiene conmocionados a los habitantes del cayo Bonacca, en la isla de Guanaja.
El reloj marcaba las 7:00 de la noche del lunes 3 de junio y Leonardo Alejandro Dixon llegó a su vivienda tras una larga faena de buceo en alta mar.
Lo que parecía ser una noche de descanso en su hogar junto a Margarita Velazques, se convirtió en tragedia.
Según relatos recabados por la Policía, a pocos metros de llegar a su casa un vecino le salió al paso y le dijo que su compañera de hogar estaba con Renold Benett Jefford. La ira y los celos se apoderaron hombre que lo llevaron a tomar un filoso machete y se dirigió hacia ellos.
Los habitantes de Guanaja se quejan, ya que no hay un hospital en la isla y cada vez que hay una emergencia deben pagar que una lancha los traslade al hospital de Trujillo o Roatán.
Al tenerlos cerca lo atacó a machetazos sin piedad. Don Isaack Benett estaba cerca y al ver la macabra escena trató de impedir que mataran a su hijo Renold, sin imaginar que la muerte lo esperaba.
Mientras Alejandro Dixon atacaba a los hombres, Margarita vio un chance para escapar con varias heridas en su cuerpo. Enfurecido y salpicado de sangre, Alejandro intentó huir, pero lo sometió la Policía.
Los agentes le decomisaron el machete ensangrentado con el que atacó a las tres personas cegado por los celos. Los habitantes del sector como pudieron tomaron unas carretillas de mano y subieron los mutilados cuerpos de Isaack Benett y su hijo Renold y los llevaban al hospital de la isla más cercana, pero ya no había nada que hacer.
Se conoció que el Isaack Benett había llegado de Gran Caimán el día de la tragedia.