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Dolor y consternación en sepelio de menor de edad

  • 29 febrero 2016 /

El Paraíso, Honduras.

“Me han quitado una parte de mi corazón al matarme a mi pequeño Cristian Josué”, exclamaba con dolor Rosalba Gómez Melgar, mientras observaba el féretro de color blanco cuando era depositado en una fosa del cementerio general donde descansarán los restos de su hijo.

El menor Cristian Josué Gómez Melgar, de 6 años, apareció muerto en una casa abandonada de una finca de café conocida como El Portillo de la ciudad de El Paraíso, donde fue sepultado por su victimario después de raptarlo el pasado miércoles en la colonia La Esperanza.

El presunto responsable del repudiable crimen fue capturado por agentes de la Policía Preventiva el mismo día del macabro hallazgo del cadáver. Según el informe, el detenido es un menor de 17 años, aunque su apariencia es de un adulto.

El sospechoso fue puesto a la orden de la Fiscalía, mientras que familiares retiraron los restos mortales de la morgue capitalina y los trasladaron a su lugar de origen, donde fueron velados por familiares y residentes del sector.

Foto: La Prensa

En medio del dolor, Rosalba Gómez, madre de Cristian Josué, sepultó los restos de su hijo.

Dramático

Decenas de familiares y vecinos acompañaron al menor Cristian Josué hasta su última morada en el cementerio general de la ciudad.

En presencia de la multitud de gente, el féretro fue depositado en una pequeña tumba, en un ambiente de dolor y consternación de su madre que, entre otras expresiones, lamentaba que “me han quitado parte de mi corazón”.

El infante era el penúltimo de los cuatro hijos que tuvo Melgar, una mujer humilde que trabaja en oficios domésticos.

Desde que se enteró del crimen contra su vástago, la acongojada progenitora pidió a las autoridades que se haga justicia y que le caiga todo el peso de la ley al responsable.

Cristian Josué acababa de cumplir seis años y esperaba que fuera matriculado en la escuela, pero debido a las dificultades económicas su madre no lo inscribió en ningún centro educativo.

El detenido confesó en su declaración haber matado al pequeño porque ya estaba cansado de las burlas que el niño le hacía cada vez que lo miraba.

Al momento del levantamiento del cadáver, las autoridades de Medicina Forense manifestaron que el cuerpo estaba en estado de descomposición.

Este es el segundo caso que se registró en el término de una semana.

El lunes de la semana pasada, en la orilla del río Humuya en Comayagua, las autoridades reconocieron el cadáver del niño Exequiel Hernández, de 6 años, raptado y asesinado por su padrastro, José Francisco Perdomo. El hechor murió de una golpiza que le propinaron reos del penal de Comayagua.