A mediados de la década de los 80, Felipe de Jesús Cruz Tróchez, un hondureño de más de 40 años, llegó a El Salvador huyendo de Puerto Cortés, Honduras, después de haber estafado a decenas de connacionales con el ardid de enviarlos a trabajar al exterior, donde ganarían buenos salarios.
El Diario de Hoy de El Salvador publicó ayer en su página web que Cruz trajo a la mayoría de hijos, de apellido Cruz Lara, porque también estaban implicados en las estafas. Eso refieren fuentes de este periódico que trabajaron de buena fe, según sostienen, con el clan familiar de Cruz Tróchez. Al poco tiempo de establecerse, los hondureños fundaron su primera empresa: Global Ship Service de El Salvador, una agencia de reclutamiento de personal que, a través de anuncios en los periódicos, llamaba a salvadoreños que quisieran trabajar en barcos turísticos y mercantes. Aunque a algunos sí les consiguieron trabajos en el exterior, a muchos no les cumplieron la promesa por la que pagaron mucho dinero, por lo que se sintieron ofendidos. La empresa comenzó a funcionar en 1997.
A muchos de los postulantes les daban un falso certificado de la Escuela de Marinos Mercantes de Honduras y les cobraban cuantiosas sumas, pero no les conseguían los empleos. Todo esto provocó que 99 salvadoreños denunciaran por estafa a Cruz Tróchez.
Dato
En febrero de 2002, Cruz y un salvadoreño enfrentaron la vista pública en un tribunal de San Salvador, pero los declararon inocentes.
