Canadiense pidió que sus cenizas fueran tiradas al mar en Honduras

San Pedro Sula, Honduras.

Amaba tanto a Omoa que su deseo era quedarse para siempre en este lugar, al grado que Paul Wayne Beltz pidió a sus allegados que el día que falleciera lanzaran sus cenizas al mar frente a las playas de este rinconcito de Honduras.

Paul fue asesinado junto con su hijatro Robert Micheal Beltz, ambos canadienses, el pasado domingo, por un pistolero que llegó hasta Henry Sunset Playa Restaurante y Bar, negocio propiedad de las víctimas, adonde les quitó la vida.

Sobre este hecho criminal, las autoridades de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) indicaron ayer que hay varias hipótesis, pero la que más fuerza tiene es que su muerte se originó por una enemistad de Robert Micheal Beltz.

Según las averiguaciones por el doble crimen, el objetivo de los criminales era Robert Micheal, pero debido a que su padrastro intentó protegerlo, el sicario también le disparó.

Robert Micheal murió al instante y su cuerpo tenía varias heridas de bala. Paul, conocido en Omoa como Henry, murió en un centro médico en Puerto Cortés de un balazo en el tórax.

Las autoridades de la DNIC indicaron que tienen trabajando un equipo especialmente en el crimen de los extranjeros.

Ayer el coordinador regional de Medicina Forense, Vladimir Núñez Licona, informó que los cuerpos de los dos canadienses fueron retirados la noche del lunes de la morgue de Medicina Forense.

Allegados a las víctimas dijeron que los restos de Paul Wayne Beltz serán cremados para lanzar sus cenizas al mar, como era su deseo. El cuerpo de Robert Micheal Beltz será llevado a Canadá, allá será sepultado.