Tegucigalpa, Honduras.
Por lo menos seis hombres con armas automáticas y chalecos antibalas de la Policía Nacional dispararon contra dos jóvenes, a quienes les infirieron varios balazos que les provocaron la muerte al instante.
El doble crimen ocurrió ayer frente a una llantera ubicada en el bulevar de las Fuerzas Armadas, cerca de la colonia Centroamérica Oeste en Comayagüela.
Familiares de los fallecidos llegaron a la escena del crimen, adonde los identificaron como Wesly Emerson Cruz Hernández (19), un vendedor de naranjas, y Edwin Josué Martínez (20), de quien no se conocieron los demás datos generales.
Los cuerpos inertes quedaron uno sobre el otro en la puerta del taller de reparación de llantas. Los malhechores huyeron con rumbo desconocido.
Como ocurre siempre, varios agentes de la Policía Preventiva y elementos de la Policía Militar del Orden Público (PMOP) se presentaron primero al lugar a proteger el área y a hacer las pesquisas preliminares del hecho.
Los hechos
Según relatos de testigos, eran alrededor de las 12:30 pm cuando Cruz Hernández vendía naranjas frente a la llantera y, supuestamente, Martínez se habría acercado a comprar. De repente apareció un tipo pick-up doble cabina desde el cual los criminales les dispararon a mansalva con armas largas y los mataron en el acto.
En la escena del crimen quedaron unos 30 casquillos de bala de fusil AK-47, los que fueron levantados por técnicos de la Sección de Inspecciones Oculares de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI).
Un equipo de la Sección de Homicidios del mismo cuerpo policial, así como agentes de otras unidades de inteligencia, procedieron a las investigaciones que puedan conducirles a identificar a los criminales y establecer los motivos del hecho.
Todavía en horas de la tarde, los investigadores no tenían pistas de los asesinos ni manejaban una hipótesis clara en torno al sangriento suceso, por lo que continúan con las diligencias. Vecinos que conocían a Cruz Hernández dijeron que él vivía en la colonia San Antonio, cerca del lugar del crimen, que era un muchacho que no se metía en problemas y que se dedicaba a trabajar.
Equipos de la Policía iniciaron las investigaciones en torno al doble crimen.
Miembros de Medicina Forense se trasladaron a la escena del doble crimen para el reconocimiento de ley.
Por lo menos seis hombres con armas automáticas y chalecos antibalas de la Policía Nacional dispararon contra dos jóvenes, a quienes les infirieron varios balazos que les provocaron la muerte al instante.
El doble crimen ocurrió ayer frente a una llantera ubicada en el bulevar de las Fuerzas Armadas, cerca de la colonia Centroamérica Oeste en Comayagüela.
Familiares de los fallecidos llegaron a la escena del crimen, adonde los identificaron como Wesly Emerson Cruz Hernández (19), un vendedor de naranjas, y Edwin Josué Martínez (20), de quien no se conocieron los demás datos generales.
Los cuerpos inertes quedaron uno sobre el otro en la puerta del taller de reparación de llantas. Los malhechores huyeron con rumbo desconocido.
Como ocurre siempre, varios agentes de la Policía Preventiva y elementos de la Policía Militar del Orden Público (PMOP) se presentaron primero al lugar a proteger el área y a hacer las pesquisas preliminares del hecho.
Los hechos
Según relatos de testigos, eran alrededor de las 12:30 pm cuando Cruz Hernández vendía naranjas frente a la llantera y, supuestamente, Martínez se habría acercado a comprar. De repente apareció un tipo pick-up doble cabina desde el cual los criminales les dispararon a mansalva con armas largas y los mataron en el acto.
En la escena del crimen quedaron unos 30 casquillos de bala de fusil AK-47, los que fueron levantados por técnicos de la Sección de Inspecciones Oculares de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI).
Un equipo de la Sección de Homicidios del mismo cuerpo policial, así como agentes de otras unidades de inteligencia, procedieron a las investigaciones que puedan conducirles a identificar a los criminales y establecer los motivos del hecho.
Todavía en horas de la tarde, los investigadores no tenían pistas de los asesinos ni manejaban una hipótesis clara en torno al sangriento suceso, por lo que continúan con las diligencias. Vecinos que conocían a Cruz Hernández dijeron que él vivía en la colonia San Antonio, cerca del lugar del crimen, que era un muchacho que no se metía en problemas y que se dedicaba a trabajar.
Equipos de la Policía iniciaron las investigaciones en torno al doble crimen.
Miembros de Medicina Forense se trasladaron a la escena del doble crimen para el reconocimiento de ley.