En los últimos tiempos los rumores acerca del malestar que habría causado en el palacio de Kensington el supuesto carácter difícil de la duquesa de Sussex y su empeño por abordar de una manera diferente su nuevo papel institucional se habían calmado considerablemente, poniendo fin a la primera crisis grave de imagen a la que se enfrentaba la antigua actriz desde su boda con el príncipe Harry.
Sin embargo, la noticia de que otra asistente personal de Meghan Markle dejará su puesto en cuanto nazca el primer hijo de la pareja esta misma primavera ha vuelto a poner una vez más el foco sobre ella y sobre todas las dimisiones que se han producido entre el personal de Kensington en los últimos tiempos.
A principios de año se hizo público que una de sus asistentes, llamada Melissa, había dejado rápidamente su trabajo por motivos que nunca se terminaron de aclarar, a lo que siguió otra renuncia, en esa ocasión de una secretaria privada de Harry y Meghan que llevaba casi dos décadas como empleada de palacio.
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La última persona en abandonar la plantilla también trabajaba codo con codo con la duquesa en su día a día al tratarse de su secretaria privada, Amy Pickerill. La versión oficial que se ha ofrecido sobre su partida insiste, una vez más, en que se debe a una decisión motivada estrictamente por razones personales -en su caso, Pickerill querría explorar otras opciones profesionales y trasladarse al extranjero- y que no habría tenido nada que ver con su relación laboral con Meghan.
El comportamiento propio de una estrella de Hollywood del que la esposa del príncipe Harry aún no se habría desprendido ha dado mucho que hablar en los últimos meses. El pasado enero, sin ir más lejos, se aseguró que su costumbre de acercarse a charlar con los curiosos que se acercan a saludarla en cada una de sus apariciones públicas y de repartir abrazos traía de cabeza a sus guardaespaldas y que esa había sido en parte la razón de que la inspectora de la policía metropolitana de Londres que encabeza su dispositivo de seguridad abandonara su labor.