04/12/2025
01:55 PM

Fiesta por el 4 de Julio

Estados Unidos celebra 240 años de ser una nación libre y soberana. El embajador James Nealon preside la espectacular recepción.

Tegucigalpa.

El espíritu de libertad y unión del pueblo de Estados Unidos inspiró la espectacular fiesta nacional en ocasión de la celebración de independencia norteamericana del 4 de julio.

Ayer al mediodía, el excelentísimo embajador de EUA James Nealon y su esposa Kristin de Nealon, acogieron en su residencia oficial a muchas personalidades, desde políticos y fuerzas vivas del país así como a estudiantes norteamericanos y personalidades de las artes, la cultura, el empresariado y la vida social metropolitana.

Además llegó mucha gente de varias ciudades del país con los que la embajada de Estados Unidos acreditada en Tegucigalpa tiene relaciones, y todos estaban felices por la tan especial invitación.

El diplomático anfitrión estrechó manos y conversó con los invitados en la entrada de la reunión tan esperada y al llegar la pareja presidencial de Honduras, Ana y Juan Orlando Hernández, los recibió con alegría y todos juntos se encaminaron hasta el estrado principal para comenzar el protocolo y los discursos de rigor. Los himnos nacionales de ambas naciones fueron entonados por la concurrencia.

Mensajes

Nealon enfatizó su mensaje en la lucha contra el narcotráfico y los ilícitos que ha emprendido el Gobierno de Estados Unidos contra todos aquellos que dañen la reputación y el sistema hondureño y atenten contra la ley norteamericana.

El mandatario hondureño agradeció el apoyo de EUA hacia todos los problemas del país y destacó que la visión de ambas naciones están encaminadas a la dignidad, la igualdad y la oportunidad y que “ni el rico es más y ni el pobre es menos”.

La Banda de los Supremos Poderes dirigida por Héctor Conrado Chavarría y la banda de la Fuerza Naval de Honduras fueron parte de la animación musical de la recepción que duró no más tarde de las 2:00 pm.

Los cerca de 600 invitados degustaron una exquisita variedad de bocadillos propios de la alta cocina que fueron servidos y dispuestos por diferentes casas hoteleras de prestigio en el país.