Hace un año se comprometieron en matrimonio y luego de meses de preparativos y detalles, por fin dieron el sí los enamorados Alejandra María Rápalo Uclés y Ramsés Alejandro Kawas Deburgos, hijos de estimadas familias sampedranas.
La feliz novia, hija de los apreciados María Dolores y Darío Rápalo, llegó al caer la tarde a la catedral ortodoxa San Juan Bautista, adornada con profusión de flores primaverales, para jurarse amor con el hijo de Olga y Ramsés Kawas.
Una hora más tarde salían proclamados como esposos, y rumbo a otra iglesia, esta vez, al templo Nuestra Señora de Suyapa donde, en una solemne liturgia se juraron amor por siempre en medio de una atmósfera moderna y acogedora. Así, Alejandra María y Ramsés Alejandro consolidaban su amor en dos religiones.
Minutos más tarde, justo cuando el reloj llegaba a las 9:00 pm, los recién casados arribaban al complejo de salones del Centro Social Hondureño Árabe para celebrar en un banquete lleno de caras conocidas de la sociedad sampedrana.
Elegancia total
La madre de la novia, la famosa decoradora nupcial María Dolores Uclés de Rápalo sorprendió con su magistral decoración con orquídeas tailandesas, rosas, hortensias, cartuchos y tallos de bambú verde que le dieron un toque exquisito a la estancia que completó su ornato con candelabros, cristales y formas vanguardistas de acrílico.
Los aplausos fueron la mejor forma de recibir a los esponsales. Ella estaba hermosa con su ajuar de entalado bustier corazón y amplia falda de vuelos en inmaculado color blanco que escogió de la colección 2013 de famosa boutique Leggenda de Coral Gables, Miami.
El novio estaba galán con su traje propio para la ocasión. Después del brindis y los mensajes de rigor, la pareja abrió la fiesta al compás de las melodías del cantante ceibeño Jorge Torres y su grupo que dispuso un repertorio alegre y tropical.
Los más de 400 invitados, muchos que vinieron del exterior, disfrutaron sin parar la velada que fusionó variedad de degustaciones internacionales y gurmé que fueron el deleite hasta el amanecer.