Con profunda tristeza y dolor en su corazón, “el espectáculo total de Honduras”, Silver Star, despidió este jueves, 31 de octubre, a la mujer que lideró la orquesta por más de 40 años, doña Linda Concha de Folgar, fallecida el pasado miércoles a los 81 años de edad.
En una emotiva ceremonia fúnebre, el cuerpo de la exdueña de la agrupación musical fundada en La Lima, fue homenajeado por sus seres queridos, quienes expresaron su eterna admiración y amor hacia ella.
“Estamos muy consternados, pero no podemos hacer nada contra la voluntad de Dios. Estoy muy triste porque ella me adoptó como su hijo, fueron 26 años que yo estuve con Los Silver Star y hoy estamos despidiéndola como se lo merece, fue una gran mujer, empresaria y compositora que formó muchos artistas”, manifestó Juan Carlos Alemán, exvocalista de la banda.
Por su parte, Isaac Arriola, conocido en el mundo artístico como “El príncipe Isaac”, dijo que ella fue la mejor patrona que pudo tener. “Me recibió en su casa a finales del 90, me tiré 15 años con Los Silver Star y, después de la muerte de mi madre, ahora volví a sentir un dolor muy fuerte en mi corazón, porque ella para mi fue una segunda madre, hoy soy lo que soy gracias a los consejos de ella”, recalcó.
Una de las declaraciones más conmovedoras fue la de su único hijo, Raúl Folgar, quien no pudo contener las lágrimas al manifestar con mucho orgullo que doña Linda Concha no fue solamente una estrella musical, sino también una artista de la pintura, la cocina internacional, el karate, el diseño y la decoración de interiores, entre muchos talentos más.
“Gracias a Dios, dejó un legado, antes de partir, me dejó una bendición, me dijo que todo lo imposible se puede cumplir, me enseñó a trabajar, a ser perseverante y a emprender. Siempre quiso tener un nieto y logró conocerlo” dijo.
“Hay muchas canciones de antaño que ella escribió y vamos a hacer que sigan sonando para que las nuevas generaciones tomen su legado”, señaló.
El velorio de la artista se realizó en Funerales Amor Eterno de San Pedro Sula, donde se realizó una misa y un homenaje en su honor en el que los miembros de la agrupación musical que ella hizo crecer cantaron algunas de las canciones escritas por ella, tales como “Catalina, la coja” y “Linda, ya no te aguanto” y “Pecado de amor”.
Posteriormente, fue traslada al cementerio del mismo nombre en Choloma para ser sepultada.