En aquel entonces, todavía era Charlene Wittstock, prometida del príncipe Alberto, y ahora durante las celebraciones del Día Nacional de Mónaco acaparó toda la atención con un arriesgado, pero elegante atuendo.
Sin embargo, ahora es la nueva princesa y ha ocupado el lugar que le corresponde como primera dama al lado de Alberto II de Mónaco en los actos que han tenido lugar durante la fiesta nacional celebrada cada 19 de noviembre con motivo de la onomástica de San Rainiero de Pisa.
Captó atención
Como era de esperar, la protagonista indiscutible del día fue la princesa Charlene, que fue recibida entre vítores y aplausos por sus conciudadanos. Impecable, con un conjunto completo de color piel y un cinturón que marcaba su silueta, algo que podría desmentir los rumores de embarazo, no dejó de sonreír y agradecer las muestras de cariño que recibió desde el momento en que llegó a la catedral de Mónaco.
A su lado, el soberano monegasco miraba orgulloso a su esposa, que se ha convertido en un nuevo ícono de la familia real.
Una pareja inseparable
En el balcón principal, Alberto y Charlene de Mónaco saludaron a todos sus conciudadanos que se acercaron a los alrededores del palacio para acompañarlos en los actos de la fiesta nacional.
Los príncipes demostraron lo enamorados que están y no dejaron de dedicarse miradas cómplices y caricias.
Los actos con motivo del Día de Mónaco continuaron con un almuerzo en el Salón del Trono del Palacio, donde en julio pasado celebraron la emotiva ceremonia civil que los convirtió en marido y mujer.
Por la noche, las festividades culminaron con una cena de gala llena de glamour en la que se volvió a ver a los miembros de la familia Grimaldi.
Ver más noticias relacionadas