La princesa Eugenia de York, nieta de la reina Isabel II de Inglaterra, y quien se casó en el medieval castillo de Windsor, a las afueras de Londres, con el empresario Jack Brooksbank, lució muy sobria.
La novia llevó un vestido blanco de los diseñadores Peter Pilotto y Christopher De Vos, que acompañó con unos pendientes de diamantes y esmeraldas, regalo del novio, y una tiara Greville Kokoshnik, que lucía también esas piedras preciosas y que fue cedida especialmente para la boda por su abuela.
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El vestido, de estilo casi medieval, tenía escote por delante y por atrás, detalle especialmente solicitado por la princesa Eugenia para mostrar la marca que tiene en la espalda de la cirugía a la que fue sometida cuando tenía 12 años para corregir su escoliosis, una desviación lateral de la columna vertebral.
El vestido blanco llevaba grabados diversos símbolos, como un cardo, flor nacional de Escocia y en referencia al cariño de la pareja por las tierras escocesas; un trébol, emblema de Irlanda, en honor a la familia de su madre, y una rosa, símbolo de Inglaterra.
Un detalle que no pudo pasar desapercibido fue que la novia ingresó, sin velo, a la capilla.
Eugenia es la hija menor del príncipe Andrés y Sarah Ferguson y novena en la línea sucesoria del trono, considera por lo tanto un miembro menor de la familia real británica.