Londres, Inglaterra.
El certificado de nacimiento de hijo de Meghan y Harry reveló varios detalles sobre el hasta ahora secreto alumbramiento que tuvo la exactriz el pasado 06 de mayo.
El bebé de los duques de Sussex, Archie Harrison Mountbatten-Windsor, nació en el centro privado Hospital Portland, en el barrio londinense de Westminster, según han revelado este viernes medios británicos a partir del certificado de nacimiento del niño.
Meghan Markle, de 37 años, y su esposo, el príncipe Harry, de 34, han tratado hasta ahora de mantener en secreto el lugar donde nació su primer hijo y los detalles del personal médico que atendió a la duquesa durante el parto.
Algunas especulaciones apuntaban a que la madre había optado por un parto en casa, en su residencia de Frogmore Cottage, ubicada en los terrenos del castillo de Windsor (Inglaterra).
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El certificado de nacimiento desmiente esos rumores, según informó la agencia local PA, que detalla que el documento oficial identifica a la madre como 'Rachel Meghan Su Alteza Real la duquesa de Sussex'.
En el campo de 'ocupación', Meghan se identificó como 'Princesa del Reino Unido'.
El título oficial de Meghan es la duquesa de Sussex, pero cuando se casó con Harry, técnicamente se convirtió en 'Su Alteza Real, la princesa de Gales', por lo que es una 'princesa' en el documento.
Pero a pesar de esto, nunca será la princesa Meghan, ya que se unió a la familia real por matrimonio y no nació en ella. Bajo reglas arcaicas, ella requiere tener 'sangre real' y la Reina tendría que revertir siglos de tradición para alterar esto.
Archie, séptimo en la línea de sucesión al trono británico y octavo bisnieto de la reina Isabel II, nació a las 5.26 horas de la mañana (hora local) del 6 de mayo, con un peso de 7 libras y 3 onzas (3,26 kilos).
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Pasadas las 12.00 GMT de ese día, el palacio de Buckingham informó a los medios sobre el nacimiento y detalló que la reina, de 93 años, y su esposo, el duque de Edimburgo, de 97, así como los duques de Cambridge y otros familiares estaban 'encantados con la noticia'.
A diferencia de otros alumbramientos reales, Harry y Meghan decidieron que en su caso el parto no se anunciaría con antelación, sino que se confirmaría a posteriori, para evitar una congregación de medios de comunicación frente al lugar del nacimiento.
