Molestos reaccionaron ayer los empleados de Salud que laboran en el hospital Mario Rivas de San Pedro Sula, al norte de Honduras, al conocer que les suspendieron la alimentación que desde hace muchos años el Gobierno les ha brindado gratis.
Ayer, la sala del comedor adonde normalmente hacen fila los médicos, internos, enfermeras y el personal administrativo estuvo vacía, pues la compañía Prodal, que ganó a principio del año el contrato para ofrecer el servicio, decidió suspender los alimentos por la deuda que el Gobierno mantienen con ellos.
“El problema surgió por la falta de pago. Nos vemos imposibilitados a dar el servicio al personal que trabaja dentro del centro. A los pacientes todavía no les hemos suspendido la comida, porque tenemos una pequeña reserva que durará una semana; pero los proveedores ya no quieren darnos crédito”, explicó Mario Núñez, gerente general de la compañía Procesadora de Alimentos. La deuda es de seis meses.
La Secretaría de Finanzas les informó que tienen para honrar tres meses de los pagos atrasados, pero aún no han hecho los desembolsos. “Hay otras tres facturas que están en la administración del hospital y aún no han sido ingresadas. Nosotros tenemos que pagar a los empleados que trabajan en la empresa, y no lo podremos hacer si el Gobierno no paga”.
Carlos Caballero, subdirector del centro asistencial, dijo que ellos ya notificaron a la Secretaría de Salud sobre la situación.“Esperamos que esto se resuelva pronto y que no repercuta en los pacientes”, declaró.Los empleados del Rivas afiliados al Sitramedhys dijeron que hoy paralizarán las atenciones en el centro. “No es posible que nos dejen sin pago, y ahora sin comida”, declaró una enfermera, que por seguridad no quiso identificarse.
