Como sucede cada año en estas fechas, los hondureños inundaron las tiendas para hacer sus compras navideñas. El comercio tuvo su esperado aumento de ventas, pues los compradores eran una verdadera multitud en la ciudad.
Parecía que todos llevaban una bolsa en la mano, ya sea con ropa, comida, adornos u obsequios.
Las compras de última hora son casi una tradición que volvió a ponerse en práctica. Los bancos y supermercados desde temprano abrieron sus puertas.
En la tercera avenida, calle del comercio, los puestos parecían haberse triplicado, ya que varias vías fueron cerradas por la gran cantidad de vendedores que con música o a través de megáfonos buscaban llamar la atención de los compradores.
La Gran Terminal Metropolitana de Buses en San Pedro Sula, fue de la partida de miles de personas que visitaron sus lugares de origen para pasar en familia las fiestas navideñas.