Un grupo de padres de familia se tomó las instalaciones de la Escuela Yankel Rosenthal en San Pedro Sula, dejando sin clases a aproximadamente 800 niños.
La protesta surge en rechazo a la decisión de las autoridades educativas de trasladar a dos docentes y unificar secciones, una medida que consideran perjudicial para la calidad de la enseñanza y el bienestar de los estudiantes.
Los manifestantes argumentan que la reducción del personal docente incrementaría la cantidad de alumnos por aula, superando los 40 estudiantes por sección.
Afectación en el rendimiento académico
Esta situación dificultaría la enseñanza personalizada, afectaría el rendimiento académico y limitaría la capacidad de los maestros para brindar atención adecuada a cada niño.
Una madre de familia, señaló que el traslado de los docentes generaría inestabilidad emocional en los alumnos, quienes ya han establecido un vínculo de aprendizaje con sus actuales profesores.
Durante la protesta, los padres expresaron su malestar por lo que consideran una falta de comunicación y consulta previa por parte de las autoridades educativas.
Indicaron que no fueron informados ni tomados en cuenta antes de tomar esta decisión, lo que ha generado incertidumbre y preocupación en la comunidad estudiantil.
Comisión distrital de educación
A pesar de la llegada de una comisión distrital para dialogar con los manifestantes, los padres dejaron claro que mantendrán la toma del centro educativo hasta obtener una solución concreta.
Exigen que se revierta el traslado de los docentes y que se garantice un número adecuado de maestros para evitar la sobrecarga en las aulas.
Asimismo, hicieron un llamado a la Secretaría de Educación para que intervenga de manera inmediata y atienda sus demandas.
Insisten en que el derecho a una educación de calidad no debe verse comprometido por decisiones administrativas que, según ellos, afectan directamente el aprendizaje de los niños.
Mientras la situación no se resuelva, cientos de estudiantes seguirán sin recibir clases, lo que también genera preocupación entre los padres, quienes temen que sus hijos pierdan días clave del calendario escolar.