Llegaron remitidos al hospital Mario Rivas por dengue y vivieron una odisea para ser atendidos y finalmente reposar en una camilla.
Christian Zepeda (27) y Keila Torres (26) ingresaron al centro asistencial el pasado martes a las 10:30 pm y pasaron parte de la noche acostados en una silla y en el piso.
Los esposos, ambos maestros de primaria, llegaron con fiebre y dolor. A pesar del diagnóstico esperaron alrededor de cinco horas ser pasados a filtro y hasta las 7:00 am de ayer para que les pusieran suero y les hicieran hemogramas.
“No encontrábamos camillas y pasamos la noche en el piso porque no aguantábamos estar parados. Tiramos una toalla y usamos la maleta de almohada”, relató Torres, quien ayer por la mañana compartía la camilla con su esposo.
La afectada relató que una doctora salió a medianoche a informales que, si no conseguían dónde acostarse, no podían ingresarlos para atenderlos.
En su desesperación por recibir asistencia, los esposos solicitaron compartir la camilla que habían conseguido.
“A él empezó a salirle sangre por la nariz y aun así no nos atendieron hasta que logramos la camilla”, añadió Torres.
La pareja fue remitida del centro de salud de Santa Cruz de Yojoa, donde estuvieron en tratamiento hasta que los trasladaron al Mario Rivas porque no se recuperaban del dengue.
“Desde el viernes, cuando empezamos con malestares, fuimos al centro de salud a recibir tratamiento. El lunes nos bajaron las plaquetas y ayer nos remitieron al hospital”, recordó la afectada.
Fue hasta las 11:00 am, casi 12 horas después de su llegada, que el paciente de al lado fue dado de alta e inmediatamente tomaron la camilla donde este había reposado para que su esposo se trasladara y estar más cómodos.
Lo denuncian
La odisea de estos esposos es una muestra de la crisis que continúa en el hospital Mario Rivas.
Los familiares de los enfermos se han quejado y denunciado desde hace meses y en varias ocasiones que las camillas son vendidas por 200 lempiras y 300 con el colchón.
El Mario Rivas tiene alrededor de 275 camillas y 580 camas distribuidas en todas las salas.
Las autoridades del hospital ya tienen conocimiento del problema y aseguran que están investigando qué empleados alquilan las camillas.
