Hoy 29 de mayo se conmemora el Día Internacional de Esclerosis Múltiple, una enfermedad que poco a poco acaba con la vida de más de 30 pacientes debido a que la Secretaría de Salud los ha desatendido por la falta de medicamentos.
Con dificultad y apoyándose de un bastón, Ivette Gonzales camina por los rincones de su casa. Lo que antes le parecía fácil, vestirse o cocinar, dejó de serlo hace cinco años cuando la dama de 43 años fue diagnosticada con la dura enfermedad neurodegenerativa y crónica del sistema nervioso que tiene como consecuencia una movilidad reducida e invalidez, en los casos más severos.
“A raíz de un accidente automovilístico empecé a tener problemas para movilizarme, consulté un médico que no logró descubrir lo que tenía y me remitió a un neurólogo, hasta que en 2008
me detectó esclerosis múltiple”.
En Europa del norte, América del Norte y Australasia una de cada 1,000 personas sufre esclerosis múltiple. En Europa Central es la enfermedad inflamatoria del sistema central nervioso más común. En cambio, en Centroamérica, la Península Arábiga, Asia y América del Sur la frecuencia es mucho menor.
Ivette confiesa que preliminarmente lo más difícil fue desconocer la enfermedad y sus consecuencias, por lo que empezó a leer libros hasta saber todos los efectos que con el tiempo sufriría, sin poder evitar sentir coraje y hasta temor. “Pensé en el futuro, en la familia, fue algo muy difícil, le expliqué a mi hijo de diez años que en aquel entonces tenía seis, que de vez en cuando iba tener problemas para caminar”.
Manifiesta que le tomó tiempo acoplarse a su situación, ya que toda su vida fue una mujer muy activa e independiente.
Su profesión de farmacéutica le permitió laborar por más de cuatro años de visitadora médica, realizando giras dentro y fuera de la ciudad. “Empecé a tener dificultad para bajar gradas hasta que ya no podía caminar por mí misma y ocupé de un andador”.
Con la esperanza de encontrar apoyo y conocer personas con su misma enfermedad, Ivette se incorporó a la Fundación de Esclerosis Múltiple Amor, (Fema) donde junto a los 31 miembros ha luchado en incontables plantones por una mejor calidad de vida.
Aún no existe cura para la esclerosis múltiple. Sin embargo, se han encontrado varios medicamentos que son eficaces en su tratamiento, frenando el desarrollo de la enfermedad y combatiendo los síntomas.
Sin embargo, Ivette al igual que sus demás compañeros de batalla tienen más de cuatro meses sin recibir los fármacos como el Tyzabri y Betaferon que deberían estar siendo proporcionados por el hospital Mario Rivas y que disminuyen las recaídas en los enfermos.
“Trato de ser valiente y no pensar en lo peor, pero lamentablemente esta es mi realidad”.
Ivette reconoce la importante labor que ha desempeñado Suyapa Mejía, presidenta de Fema, y asegura que no perderán las esperanzas de tener un servicio de salud digno que les prolongue sus días de vida.