Una colonia construida hace más de 40 años, diseñada como una ciudad modelo de Estados Unidos, actualmente se encuentra estancada en el desarrollo.
La modernidad no llegó a uno de los cantones más representativos de la ciudad, por diversas razones.
En sus inicios, las casas en la colonia Fesitranh (Federación Sindical de Trabajadores de Nacionales de Honduras) eran para los agremiados al sindicato a bajos costos, años después cualquiera podía optar a una vivienda, por lo que crearon varias etapas.
En un recorrido de LA PRENSA se observan daños en la capa asfáltica, no hay sistema de aguas negras y la tubería de agua está destruida.
El servicio de agua potable funciona con bombas. Existe un convenio con Aguas de San Pedro para sustituir la tubería en cada casa y proporcionar el vital líquido; el proyecto estará listo en el primer trimestre de 2013.
Reinaldo Ramos, residente del lugar desde que inició el proyecto habitacional en la colonia, en 1971, asegura que no han recibido apoyo por parte de los gobiernos municipales, la administración de la Fesitranh dejó el mando y es dirigida por el patronato.
“El origen del problema es que todos están acostumbrados a recibir las cosas así como cuando se inició: todo lo quieren de regalado”.
Contó que Luis García Bustamante cuando fue alcalde quiso apoyar a la colonia, pero se opusieron los habitantes.“Quería apoyarnos con varios proyectos, los mismos vecinos no colaboramos, hasta lo quisieron linchar”, sostuvo.
El presidente del patronato, Roger Farid, dice que son tres los puntos en los cuales está estancada la comunidad.
“Se ha detenido el desarrollo de la colonia porque primero falta apoyo de los vecinos; segundo, por cultura, se atienen a las autoridades municipales; y tres, la falta de compromiso de las iglesias que hay, más de 10, y no se unen entre ellas para hacer algo en mejoramiento de la zona”, aseveró.
Farid destacó que la mayoría de las calles están llenas de hoyos y otras todavía no están pavimentadas.
“Parte de la colonia se inunda, nadie ha puesto atención a las fallas que tenemos, se construyó un canal de alivio, pero necesitamos un proyecto pluvial mejor para que no sigamos con los mismos problemas cada vez que llueve”.
En una de las salidas habita Rubén Ávila, quien asegura que los problemas se arrastran desde varios años y nadie ha puesto el interés que se requiere para que no persistan los daños.
“El nuevo patronato se está preocupando, los colonos no los aceptan porque son jóvenes. Las tuberías están colapsadas, los sanitarios se están hundiendo, las calles en mal estado nos arruinas los carros”.
José Cano habita en el lugar desde 1972
y es del criterio que no existe unidad en la comunidad y que no hacen el esfuerzo por involucrarse en las actividades del patronato.
“Los colonos son desinteresados, deberíamos unirnos, el patronato solo no puede. Aquí se sufre comenzando desde el agua”, sostuvo.
En años anteriores hubo sucursales de bancos y poseen uno de los colegios más grandes de la cuidad. Aunque en la colonia hay canchas de diferentes usos, no se apoyan los deportes.