Alejandro Gómez Rivera es un ingeniero sampedrano que ha logrado poner en alto el nombre de Honduras gracias a su espíritu innovador, perseverancia y arduo trabajo.
Hace dos semanas, el hondureño, de 41 años, fue galardonado con el premio Recent Alumni Award de la prestigiosa universidad Carnegie Mellon, ubicada en Pittsburgh, Pensilvania. Cada año, el centro, que destaca por sus investigaciones en tecnología y robótica, otorga este premio a uno de sus exalumnos más destacados, que haya hecho aportes significativos en su campo de estudios.
Durante la premiación, las autoridades universitarias destacaron el gran trabajo que Gómez Rivera ha realizado a través de Binni, una empresa de tecnología de la construcción, misma que en los últimos tres años ha desempeñado un papel importante en la ejecución de megaproyectos en Estados Unidos y Europa.
Comienzos
En entrevista con LA PRENSA, el sampedrano relató que su interés por la ingeniería inició cuando era niño, ya que le daba curiosidad conocer cómo se fabricaban las cosas. Tras egresar de secundaria tuvo la oportunidad de estudiar Ingeniería Civil en la Universidad Latina de Costa Rica y tiempo después aplicó a la beca de posgrado Fulbright, otorgada por el Gobierno de Estados Unidos.
En 2007 viajó al país norteamericano para estudiar una maestría en Engineering Management o Gestión de Ingeniería en la Northeastern University de Boston.
Luego regresó a Honduras, donde trabajó tres años en una constructora reconocida. En 2013 contrajo matrimonio y fue aceptado en la universidad Carnegie Mellon, donde cursó una maestría en Sistemas de Infraestructura Avanzada y donde despertó su interés por la tecnología.
En 2020, después de trabajar como ingeniero de túneles en Washington, cocreó una empresa de tecnología de construcción. Binni, cuyo nombre en tawahka significa pilar, desarrolló un software de construcción que recolecta datos de campo y sensores para obtener información en tiempo real de las operaciones que realizan los diferentes equipos de trabajo en la excavación de túneles y vertido de concreto.
A partir de estos datos, el programa genera informes que facilitan el seguimiento y toma de decisiones para las constructoras. El sampedrano reveló que emprender en EE UU no ha sido fácil, pero está muy agradecido con todas las personas que han creído en su proyecto.
Agregó que recibir el premio ha sido una sorpresa muy agradable y un honor, a la vez que motivó a los jóvenes hondureños para que nunca desistan de sus sueño, sean disciplinados y aprovechen cada oportunidad.