Eduardo Enrique Ramírez, de 34 años, Marvin Guerra, de 29, y Óscar Funes, de 30, son los diáconos que serán ordenados sacerdotes este sábado en una misa solemne en la catedral metropolitana San Pedro apóstol.
Son una nueva generación de sacerdotes, son millennials nacidos entre los años 1982 y 1994 que tendrán la gran responsabilidad de evangelizar con sus homilías a las nuevas generaciones y hacer sentir bien con sus mensajes a los fieles tradicionales.
No se puede desconocer que la ordenación de estos nuevos sacerdotes es fruto del trabajo realizado por el ahora obispo emérito Ángel Garachana, quien dedicó 28 años de su vida a ello. Como lo mencionan los sacerdotes, es el resultado de un trabajo pastoral de años y la oración de los fieles.
En 1995 había apenas dos sacerdotes hondureños y algunos esperando y 28 años después monseñor Ángel Garachana entregó una diócesis con casi 50 presbíteros, quienes han venido en los últimos años atendiendo a la feligresía del departamento.
Cada sacerdote tiene su forma de dar las homilías apegadas a los ritos de la iglesia y están llamados a servir, orientar y evangelizar, pero no se debe desconocer que para llegar a las nuevas generaciones de fieles es necesario hacerlo de manera creativa y precisa enmarcados en sus principios teológicos.
Sacerdotes nativos
Para el párroco de la iglesia Guadalupe y formador, se considera también nueva generación, ellos son el primer grupo de sacerdotes hondureños, fruto del querer de Dios, un regalo y un don para la iglesia que ha crecido en el departamento y una respuesta a las oraciones del pueblo creyente.
También destaca que los nuevos sacerdotes es resultado del trabajo arduo de 28 años que realizó el obispo emérito Ángel Garachana que dedicó sus energías y recursos a lograr el cometido que haya más sacerdotes nativos.
“La proporción entre la población a atender y el número de sacerdotes es un gran reto. En el departamento hay quizás unos 2 millones de habitantes y nosotros somos apenas 80 sacerdotes. No todas las personas son católicas, pero somos pocos para la densidad poblacional”, analiza el padre Alex Francisco Ramos.
El párroco considera que otro de los grandes retos es como atender a la juventud, inmersa en las redes sociales, y de la que nosotros también hacemos uso pero debemos lidiar para que no se convierta en un arma de doble filo. “Puede ser una herramienta para anunciar y evangelizar también pueden convertirse en un distractor”, dijo.
Otro de los retos es presentar el mensaje del Evangelio en lenguaje sencillo para que llegue sobre todo a los niños y a los jóvenes, a sus oídos, pero también a su corazón. “El papa Francisco nos dice que no convirtamos la homilía en un show. Es un reto para nosotros llegar a esos corazones y dar el mensaje apropiado de la palabra de Dios”.
El padre dice que la migración y el cuidado de la casa común son otros de los grandes retos.
Desafios
El padre Luis Estévez es experto en comunicación. Recién cumplió 43 años y está dentro de la generación X que le ha permitido conocer el sentir y pensar de los sacerdotes de más experiencia y las nuevas generaciones.
Considera que los sacerdotes de la nueva generación tienen fortalezas y debilidades como todas las personas de nuestro tiempo que buscan dar respuestas a los actuales desafíos de la sociedad.
“Hay que darles más acompañamiento a los nuevos sacerdotes porque están más expuestos al mundo que en otros tiempos. El mismo hecho de estar al día con las nuevas tecnologías, les pueden traer tentaciones si no hacen un uso responsable de las mismas”, explicó Estévez.
El sacerdote dice que es importante que la feligresía acompañe más a sus nuevos presbíteros porque también experimentan los problemas existenciales de la vida y necesitan de personas cercanas que les ayuden.
“El principal reto es personal, porque el mundo actual hace de la persona que sea individualista, que solo busque su propio provecho y no el de los demás. Un sacerdote que busque su comodidad, pierde su esencia de ser un pastor cercano a su pueblo y puede convertirse en un funcionario de los sacramentos”, reflexionó.
Considera que un sacerdote tiene que estar hoy bien preparado en todos los campos y estar al día con las ventajas y desventajas que ofrecen los medios de comunicación digitales para dar respuesta sensatas a las interrogantes de los feligreses.
No es que el sacerdote tiene que saberlo todo, pero sí es necesario que oriente a su feligresía asegura. Recordó que las homilías son la proclamación gozosa y solemne de la Palabra de Dios y no debe confundirse con una catequesis. “Creo que a los jóvenes y niños les gustan las cosas concretas y dinámicas, este creo sería otro reto para los sacerdotes nuevos de hacer de las homilías algo agradable a todos y de forma concisa”, dijo.
Estévez dice que urgen más vocaciones al sacerdocio. “Seguimos en carestía de más sacerdotes. Somos una Arquidiócesis en constante crecimiento por ser un lugar de migración interna y, cada vez más, se necesitan más sacerdotes para atender con mayor prontitud a la feligresía del departamento de Cortés. Invito a los jóvenes a que no tengan miedo de servir a Dios en este ministerio tan hermoso del sacerdocio. Dios nunca se queda con nada, al contrario, bendice al ciento por uno a los que le sirven en su viña”.
Perfiles de nuevos sacerdote
Eduardo Enrique Ramírez Sorto nació un 13 de marzo de 1989 en San Pedro Sula. Es hijo de Eva Sorto y Bartolo Ramírez. Cursó sus estudios primarios y secundarios en San Pedro Sula. Ingresó al Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa el año 2012, donde cursó estudios de filosofía y teología, egresando en el 2021.
Realizó su experiencia pastoral en la parroquia San Juan Bautista de Río Lindo.
Fue ordenado diácono el 18 de febrero de 2023 y ejerció su ministerio en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe de San Pedro Sula, acompañado por el padre Alex Francisco Ramos.
Marvin Enrique Guerra Portillo nació en la aldea La Virtud, Merendón, un 26 de septiembre de 1994. Sus padres son Estefanía Portillo y Eusebio Guerra. Estudio en Cofradía, Cortes.
En el 2011 ingresó al Seminario Menor Santiago Apóstol de la arquidiócesis de San Pedro Sula y en el 2014 al Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa, del cual egresó en el año 2021.
Realizó su experiencia pastoral en la parroquia San Juan Bautista de Río Lindo. Fue ordenado diácono el 18 de febrero y ejerció su ministerio en la parroquia Inmaculada Concepción de María de Villanueva, Cortés, acompañado por el padre Zaulo David Zelaya.
Óscar Alberto Funes Maradiaga nació un 18 de septiembre en San Pedro Sula, donde también curso sus estudios primarios. Sus padres son Elvia Maradiaga y Óscar Funes.
Por razones familiares emigraron a Potrerillos, Cortés, donde cursó sus estudios secundarios. Ingresó al Seminario Mayor en el año 2014, donde estudió filosofía y teología, egresando en el año 2021.
Realizó su experiencia pastoral en la parroquia San Juan Bautista de Río Lindo. Fue ordenado diácono el 18 de febrero del presente año y ejerció su ministerio en la parroquia Nuestra Señora de Lourdes de Choloma, acompañado por los padres Abrahán Monjarás y Ramón Gámez.