En un ambiente impregnado de nostalgia y gratitud, miles de feligreses del departamento de Cortés se dieron cita en el Estadio Olímpico Metropolitano para despedir a monseñor Ángel Garachana.
El ahora obispo emérito nació en España, pero su corazón se enamoró de San Pedro Sula, cuidad a la que ha servido durante 28 años.
“Gracias, monseñor Ángel” y “Estás en mi corazón”, son algunos de los mensajes que se aprecian en las pancartas y camisas.
Al inicio del programa, los Caballeros de Suyapa escoltaron a la Patrona de Honduras hacia el escenario principal para acompañar a monseñor en su despedida.
Monseñor Garachana bajó del estrado para realizar un recorrido por el estadio y saludar a los miles de feligreses en las graderías.
Ángel Garachana Pérez nació un 3 de septiembre de 1944 y desde niño sintió el llamado de Dios para servir en su obra. A los ocho años ya ayudaba al sacerdote de su pueblito en la misa que se oficiaba en latín.
A sus 20 años hizo sus votos temporales, a los 25 sus votos perpetuos y a los 28 años fue ordenado sacerdote el 19 de marzo de 1972.En octubre de ese mismo año es enviado a la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en San Pedro Sula.
Fue ordenado como Obispo de la Diócesis de San Pedro Sula el 03 de febrero de 1995, día que escogió en honor a la virgen de Suyapa.
Pastoreó a su amada diócesis de San Pedro Sula durante 28 años y en enero de este año puso su renuncia. No obstante, ha manifestado que regresará a Honduras para ser un pastor de a pie.