Hondureñas de generaciones “millennial” y Z solo quieren dos hijos

San Pedro Sula, Honduras.

En la actualidad, muchas madres modernas (que nacieron entre 1981-2012) optan por tener menos hijos o incluso algunas deciden dejar de lado la idea de procrear. Ahora ha cambiado la vieja costumbre de esperar que las mujeres se casen y tengan una familia numerosa, ya que muchas prefieren enfocarse en sus carreras, viajar y tener una vida social activa.

Karen Hernández, una enfermera sampedrana, piensa que “se ha perdido el valor de tener una familia, ya que la mayoría de hombres no toman la responsabilidad económica ni mucho menos moral y emocional de ser padres”.

En respuesta, Elías Arteaga, un joven de medios de comunicación en la capital, dice que por mucho desea dos hijos, “para brindarles una buena calidad de vida, puesto que el alto costo de todo nos limita hoy en día”.

Con ellos concuerda Lily Sabillón, una abogada de profesión en el norte del país, quien manifiesta que “uno es suficiente porque es gran responsabilidad su educación, estabilidad económica y emocional, además de darle tiempo de calidad. El mundo no está para traer tanto niño, y si ya en estas generaciones se ve tanta perversidad, no quiero imaginar lo que vivirán las futuras”, vaticinó.

El Registro Nacional de las Personas (RNP) inscribió durante ocho años (entre 2015 y 2022) a más de 1.4 millones de niños y niñas en todo el país, siendo el Distrito Central, San Pedro Sula y Danlí las zonas con mayor número.

Mientras tanto, la Secretaría de Salud indicó que en el mismo período atendieron alrededor de 1,090,659 partos en sus hospitales básicos y generales, de especialidades, de servicio materno infantil y policlínicos. El margen de diferencia estaría asociado entre los que nacieron en clínicas privadas y el Seguro Social. Este bloque poblacional formaba parte de los 9.5 millones de habitantes que tenía el país hasta julio de 2022 y que ahora supera los 9.7, según una última actualización oficial.

La transición a procrear menos hijos ha cambiado en el transcurso del tiempo, y así lo refrendan datos compartidos a LA PRENSA Premium por el Banco Mundial (BM) y proyecciones del Censo de Población y Vivienda 2013-2023 del Instituto Nacional de Estadística (INE). Estos indicaron que la tasa de fertilidad por cada mujer pasó de 7.5 en el año 1960 a 2.3 en 2023, mientras que la tasa bruta de mortalidad infantil alcanzó 14.1 ante las precarias condiciones que enfrenta el país, como la pobreza.

Se estima que en Honduras de cada 100 hogares, 73 están en condición de pobreza y 53 en extrema pobreza; o sea, de cada 100 personas, 77 permanecen en pobreza y 58 en extrema pobreza.

Para el economista Carlos Urbizo, la situación de difícil acceso de dinero no solo es en Honduras, sino también en otros países del mundo. “En la decisión de no tener tantos hijos, para comenzar, hay algo cultural, hablamos de muchachos que han encontrado otra forma de satisfacer su vida y no tienen tanto interés de compartir en pareja”, señaló el especialista.

Hizo hincapié en el impacto económico en los hogares. “Hay diferentes patrones de consumo, lo que sucede ahora es que los hijos exigen más. Pasa que en las zonas rurales piensan tener varios hijos para ponerlos a trabajar, y es algo que no comprendemos, mientras que en la ciudad se limita la posibilidad de tener tantos”, agregó.

Lelys Paz, sociólogo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (Unah-vs), comentó que las sociedades son cambiantes y hay una nueva racionalidad de la maternidad.

“Nuestras nuevas generaciones ya se cuestionan el hecho de privarse de muchas libertades, de oportunidades que puedan tener y que les permitan aspirar a una carrera universitaria. Esto implica responsabilidades, ataduras de tipo laboral, profesional y compromisos que tienen que asumirse con esos nuevos seres humanos que van a nacer”.

El académico destacó que la situación de la explosión demográfica es un poco contradictoria, pues normalmente las familias ricas son las que menos hijos tienen, mientras que las familias pobres suelen ser numerosas. El catedrático sostuvo que el replanteamiento ahora es alcanzar un grado académico alto que permita tener solvencia económica y racionalizar la tenencia de hijos de uno o dos, como un requisito básico de la reproducción humana.

Aunque hay quienes critican la tendencia de no tener tantos hijos, las mujeres jóvenes de las generaciones “millennial” o Y (nacidos entre 1981 y 1993) y los Z (entre 1994 y 2012) en Honduras están tomando decisiones conscientes sobre sus futuras familias.

Para analistas consultados sobre el asunto, esta tendencia no significa que las personas no valoren la familia o que no quieran tener hijos en absoluto, por el contrario, consideran que tener una familia pequeña permite dedicar más tiempo y recursos a cada uno de sus hijos, ofreciéndoles una mejor calidad de vida. Esto ha llevado a una mayor aceptación de la idea de que tener una familia pequeña es una opción legítima y responsable, y ha permitido que las personas tomen decisiones informadas para llevar una vida equilibrada.

Vilma Interiano Rodríguez (68), nacida en una aldea de San Marcos, Santa Bárbara, habla con emoción y orgullo sobre sus 14 hijos, que logró sacar adelante pese a condiciones de pobreza.

Su primer hijo lo tuvo cuando tenía 21 años, mientras que el último lo parió a sus 48 años. En total fueron 15, pero únicamente 14 lograron sobrevivir. Del total, tres nacieron en hospitales y el resto fueron en casa y con ayuda de su esposo.

“Los tiempos de antes eran diferentes a los de ahora, ya no quieren compromisos. Las mujeres de hoy ya no quieren tener hijos, hay mucha ciencia, gracias a Dios yo tuve varios”, dijo Interiano.

“Los criamos en completa pobreza, pero antes todo era más barato. Ahora tengo hermosos hijos y todos son especiales”, exclamó la madre.

Vilma tiene como hijos a ocho hombres y seis mujeres. “No me arrepiento de tener a mis 14 hijos, soy feliz, aunque es difícil aconsejar eso ahora”, cerró.