San Pedro Sula
De pie frente a una cama de madera, el fray agustino Luis García no oculta su emoción. Ataviado con hábito negro y cinturón de cuero, llora con agradecimiento al recordar que en esa habitación, y en esa humilde cama, durmió durante tres noches el entonces padre general de la Orden de San Agustín, Robert Francis Prevost, hoy el papa León XIV.
Esa habitación de huéspedes se encuentra en el convento San Nicolás de Tolentino, ubicado en el corazón de la villa de Cofradía. Un convento que fue erigido, autorizado y bendecido por el ahora sumo pontífice.
Fray Luis García, primer sacerdote agustino ordenado en Honduras y actual titular de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, revivió ayer la visita que hoy coloca a Cofradía como el único lugar de Honduras visitado por el nuevo papa.
Fue entre el 7 y el 11 de enero de 2012 que el entonces padre general de los agustinos llegó a la zona norte. Habían pasado cuatro años desde la llegada de la orden a Honduras y la asunción de Cofradía como parroquia cuando se produjo la visita.
Su gira canónica por Centroamérica dejó una huella imborrable en Honduras, El Salvador y Nicaragua. A su llegada a San Pedro Sula, los frailes lo recogieron en el aeropuerto y lo trasladaron a Cofradía.

"Cuando a los religiosos nos visita un padre general es de mucha alegría, porque es como que llegue un papá, y uno tiene expectativas. Ellos, aunque sean superiores, son como un hermano más entre nosotros", cuenta el sacerdote.
Durante su estadía, el hoy papa se reunió con cada uno de los frailes. "A mí me preguntó cómo me sentía al ser sacerdote y agustino. Le respondí que era lo mejor que había elegido y le conté mi historia", recuerda fray Luis.
Su Santidad León XIV permaneció cuatro días en Honduras y celebró una misa en el templo parroquial. "Estaba a reventar la iglesia, pues su padre general estaba de visita. Fue una homilía evangelizadora y con mucho sentimiento".
Durante esa visita se bendijo el convento. Una vez finalizada la eucaristía, los feligreses salieron en procesión hasta la casa de los frailes agustinos, encabezados por el entonces padre general, quien llevó la imagen de San Nicolás de Tolentino, el primer santo agustino, cuya figura ahora se ubica en una esquina del corredor del convento. Ahí también fue bendecida.

"Decidimos bautizar el convento con ese nombre porque se trataba de la primera presencia de los agustinos en Cofradía y él fue el primer santo de la orden. El intercede por los necesitados", explicó el sacerdote.
Con humildad y amor, el hoy pontífice compartió la vida diaria del convento. Descansó y oró en una habitación sencilla, donde solo hay una cama y una mesita de noche. También compartió la comida con los frailes y se unió a las oraciones en comunidad.
El párroco de Cofradía recuerda que también se reunió con el Consejo Pastoral Parroquial, saludó a todos, recibió una bienvenida fraternal y participó en actos culturales en su honor. "Recuerdo bien que disfrutó y agradeció cada detalle", dice el sacerdote.
La visita incluyó un recorrido por otros templos, como el de Santa Rita de Casia, ubicado en Naco.

Algunas personas de Cofradía conservan con recelo las fotografías de aquella visita. Solo Alfa TV, dependiente de la parroquia, grabó la misa presidida por el entonces padre general. Hoy, ese material audiovisual es uno de sus archivos más valiosos.
Una visita a Roma
Un año antes, el padre García ya había conocido a Prevost en un viaje a Roma. Tuvo la bendición de que el mismo lo recogiera en el aeropuerto. "Yo esperaba a otro hermano, pero llegó él y me sorprendí. No me conocía, pero estaba contento. Me preguntó cómo había sido el viaje. Le dije que venía cansado y desorientado, y me dijo: 'Descansa, mañana levántate a la hora que quieras y te ubicas'. Es una persona cercana, noble, y habla muy bien el español", recuerda.
Emoción. Ayer, los frailes estaban felices. Para ellos, es significativo que Prevost, estadounidense de nacimiento y con una amplia trayectoria pastoral en América Latina, sea el primer papa agustino.
Fray Iván García también se mostró agradecido. "Será un papa cercano y humilde, porque se ocupó de conocer de cerca la vida de las comunidades religiosas. Es misionero y un hombre sereno", dijo.
Cofradía lo recuerda con amor
En Cofradía, muchos feligreses recuerdan esa visita. Entre ellos está el delegado de la Palabra de Dios y comunicador social Cornelio López. "Me emocioné, lloré, y recuerdo que conversé con él como seis minutos. Una persona muy humilde y respetuosa. Dios me concedió ese privilegio. Las palabras se quedan cortas. Hoy, al ver que ese obispo que entrevisté en 2012 es el nuevo papa, me dieron ganas de llorar".

"Soy un elegido de Dios con esa oportunidad. Lo recuerdo como una persona sencilla, amigable y cercana. Dijo que su misión dentro de la Iglesia era llevar paz y esperanza a los más necesitados. Hoy, esas palabras cobran más fuerza, igual que la esperanza con el nuevo papa que caminó hace más de una década por la villa de Cofradía."
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