Antonio tiene apenas cinco días de nacido y es el protagonista de una historia de fe, avances médicos, perseverancia y amor.
Es el nombre con el que los padres bautizaron a su milagro, por la devoción al santo, pero también en homenaje al médico y a su papá.
No es un nacimiento cualquiera. Se trata del primer bebé en Honduras y en Centroamérica logrado mediante varias técnicas de maduración “in vitro” de óvulos y espermatozoides extraídos de tejido testicular.
La inteligencia artificial también tuvo su participación utilizando el software Life Whisperer. Todo el proceso se efectuó en el Centro de Fertilidad Nacer , IVF Honduras y en la Unidad de Urología del Hospital del Valle.
Fue un procedimiento complicado porque además de los espermatozoides extraídos, madurados “in vitro” en el laboratorio, permanecieron congelados por cuatro meses y posteriormente se realizó la transferencia embrionaria.
Según el equipo médico, los estudios registran unos cinco mil bebes con esta técnica en el mundo.
Un milagro de amor
Antonio es el milagro de amor de los hondureños Camila y Antonio. Se casaron hace 16 años con la ilusión de ser padres, pero no todo salió como esperaban.
Lucharon, se sometieron a tratamientos sin ningún resultado.La pareja reside en un pueblo de Honduras donde libraban sus propias luchas por la tristeza de no tener un hijo.
Camila recuerda que al no lograr el embarazo de manera natural decidieron embarcarse en un tratamiento que no tuvo éxito. “Fue un trago bastante duro ese primer intento porque quedamos económicamente y emocionalmente mal”.
Nosotros somos una pareja sólida y aterrizada. Luego del fracaso hablamos como matrimonio y dijimos: “Si Dios nos da la oportunidad de tener hijos será una bendición, y si no, él sabe por qué. Dejamos el tema por años, solo mirábamos opciones en otros países, pero los costos eran altísimos”, recuerda Camila.
Pasaron nueve años y un día mi esposo llegó a la casa y me dijo: “Miré en La Prensa un artículo de un doctor en San Pedro Sula que es un científico, llamá y hacé una cita”.
El artículo se titulaba “Nace la primera bebé ‘in vitro’ asistida con inteligencia artificial”. Fue publicado en febrero de 2023 y era una historia sobre Victoria de Dios, que hoy tiene dos años y es la felicidad de otro matrimonio hondureño.
Camila recuerda que en esos nueve años obtuvo su licenciatura en Preescolar y comenzó a dar clases. “Todo ese amor por los niños desembocaba ahí con los alumnos de preescolar”.
Mi esposo me insistió para hacer la cita con el médico del artículo. “Llame y depende cómo nos vaya en la primera cita y lo que sintamos pues nos quedamos. Ya habíamos tenido una experiencia fallida con otros médicos y eso nos desmotivaba”.
Llamé. Lo hice no muy motivada porque era un tema difícil para nosotros”, dice la maestra.
“La secretaria me respondió y me dijo que tenía cupo hasta el 13 de junio, había que esperar varios meses. Para nosotros esa fecha es importante porque es el día de san Antonio de Padua y somos devotos”.
Yo quedé recapitulando la fecha y cuando mi esposo llegó le dije: fijate que la cita me la dieron el 13 de junio, el Día de San Antonio, y eso lo tomé como una señal.
“Mi esposo se llama Antonio y no nació esa fecha, lo bautizaron con ese nombre por la devoción de su madre. Tampoco sabíamos que el segundo nombre del médico era Antonio”.
Llegó la fecha de la cita
Llegamos y nos recibió el doctor Eduardo Antonio Bueso. “Desde la primera vez, la calidad humana y la empatía del médico nos dio la confianza.
Él fue franco en sus palabras, nos hicimos los exámenes de rutina y regresamos”.Nos dijo que nuestro caso era complejo, ambos teníamos problemas de infertilidad, pero nos dijo que había que ser positivos y tener fe.
Reiteró que con la ayuda de Dios haría todo lo que estaba en sus manos.Seguimos el tratamiento, hicieron las extracciones, siempre pensaba que se trataría de algo invasivo y sería difícil.
Así llegamos a nuestra siguiente cita y el médico nos preguntó: ‘¿Para cuándo quieren el embarazo?’ Nos quedamos viendo con mi esposo y no sabíamos qué decir. Seguimos con el proceso emocionados.
Llegó el día de la transferencia de los embriones y yo miraba todo el procedimiento por la pantalla. “Hubo uno donde yo vi un rayito de luz fugaz”, eso no lo olvido.
La buena noticia llegó
Pasaron los días y fui al laboratorio a realizarme la prueba de embarazo. Estábamos ansiosos con mi esposo, pues el doctor nos dijo que él nos llamaría al tener el resultado.
Cuando el teléfono sonó era él y me dijo: “Camila, tu fecha probable de parto es el 13 de mayo, tu prueba dio positiva”. Yo me quedé helada y lloramos. Yo estaba feliz, pero había inseguridades.
Fue cuando le escuché el corazón que todo cambió. Cada ultrasonido era un logro. Con los cuidados médicos y sobre todo con la voluntad de Dios llegamos a las 38 semanas.
Hoy solo puedo dar gracias y motivar a esas parejas que pasan por lo que nosotros vivimos a no desmayar. Saber que en Honduras tenemos buenos médicos, y el doctor Bueso es una muestra de ello, no solo por la calidad humana, sino porque se actualiza con las técnicas.
La parte científica de la historia
El doctor Eduardo Bueso explica que es el primer bebé, en Honduras y en Centroamérica, en el que se efectuó ICSI, TESE, más MIVY y ROSI.
“Son técnicas de maduración ‘in vitro’ de óvulos y maduración ‘in vitro’ de espermatozoides extraídos de tejido testicular”.
Fue un trabajo combinado con la Unidad de Urología, del Hospital del Valle con los doctores Jamil Bendeck, Iván Pineda, el embriólogo, Fredy Omar Mejía; los anestesistas Edgardo y Miguel Edgardo Umaña; las doctoras Thany Paz y Sindy López; el microbiólogo Héctor Gutiérrez Pineda, y las enfermeras Wendy Sevilla, Nicole Soriano y Julissa Rodríguez.
Mientras el doctor explica sus técnicas, el personal del hospital lleva a Antonio para que su madre lo amamante.
Ya tiene casi una semana de nacido, está sano y bien. Sus papás felices y su historia es una muestra de que no es necesario salir de Honduras para poder lograr el milagro de ser padres.
