Lo que en un inicio fue impulsado por sus padres como una actividad pasajera o un espacio de inclusión, hoy se ha transformado en una disciplina artística por excelencia para los niños Carlota Alexandra Zelaya Girón (11) y Andrés Eliel Mejía Mejía (14) que aman la danza.
A su corta edad, ambos ya se han hecho acreedores de múltiples premios a nivel nacional e internacional, dejando en alto el nombre de Honduras y demostrando que la danza puede ser motor de disciplina, motivación y sueños.
Ambos con historias y caminos distintos conversaron con LA PRENSA y relataron su experiencia y sus sueños en el baile. Carlota Zelaya, alumna del sexto grado de la escuela Sunshine Christian Academy, mencionó que baila desde los 2 años practica disciplinas como el ballet, y el flamenco.
“Bailar flamenco para mi es maravilloso, ahí encuentro mis emociones y soy yo misma”.
Zelaya relató que llevará la danza siempre en su corazón pero que más adelante sueña con convertirse en una abogada.
Su madre, Karla Girón, recuerda que la inscribió en la Academia Censea pensando que sería solo una actividad temporal. Sin embargo, Carlota encontró en el ballet y el flamenco su verdadera pasión.
“El ballet se ha vuelto una motivación para ella. Yo lo utilizo como premio: si no se esfuerza en la escuela, entonces no hay ballet”, relató.
Inclusión y excelencia.
La historia de Andrés Eliel, alumno del noveno grado en el instituto San Francisco, también refleja cómo la danza abre puertas a la inclusión. Con diagnóstico de síndrome de Down, su madre Mariela Cristabel Mejía, relató que él siempre ha contado con el apoyo y la adaptación de la academia.
“Aquí no hay diferencias, él es un niño como cualquier otro. Y así ha sido siempre. Participa en clases de k-pop, latino y flamenco, que son su pasión”, puntualizó Mejía.
Andrés combina su amor por la danza con la excelencia académica, llevando una vida normal como cualquier otro niño.
“Él es un amor, el amor de mamá”, concluyó su madre, orgullosa del camino que recorre.
Recientemente, Carlota y Andrés obtuvieron el primer lugar en la competencia de baile All Dance Honduras con una pieza de flamenco.Carlota ya ha traído premios desde Panamá.
Las historias de Carlota y Andrés son un testimonio de cómo la danza no solo forma artistas, sino también personas disciplinadas, sensibles y comprometidas. En cada ensayo y en cada escenario, reafirman que los sueños pueden cumplirse con esfuerzo, apoyo familiar y amor por el arte.