Esposos se ganan la vida cantando en las calles de San Pedro Sula

Don Víctor Méndez y doña Gloria Gómez son una pareja que recorre las calles de los municipios del valle de Sula con sus viejas guitarras y sonriéndole a la vida a pesar de las penurias.

Los fines de semana abordan un bus y llegan hasta la playa para ofrecer su repertorio de canciones, muy variado, a quien los quiera escuchar.

Viven en Cofradía y salen a trabajar todos los días con sus guitarras. Don Víctor se coloca un micrófono en su camisa y lo conecta a un parlante cubierto con una bolsa que cuelga de su pantalón.

“Con este se oyen mejor las canciones y más fuertes”, dice. La pareja se encontraba en una de las calles del barrio Guamilito y recién habían salido del mercado de tocar algunas canciones.

Con el rostro sudoroso y cubiertos con sombreros, los esposos se detienen en paradas de buses, mercados, comedores y los sitios donde ven personas que quieran escuchar sus interpretaciones. El de la experiencia es don Víctor, que tiene ya 65 años.

“Mire, yo he cantado con varios grupos desde que tenía 14 años”, relata.“Cuando no salgo a cantar, trabajo de ayudante de albañil porque la vida está dura y hay que buscarle lado”.Mientras don Víctor cuenta su historia, doña Gloria Gómez, de 58 años, lo mira con ojos de amor y sonríe.

“La única canción que me ha dedicado dice es el ‘Feliz cumpleaños’”, confiesa. Además, revela que le gustaría que don Víctor le dedicara “Mujeres divinas”, pues eso soy para él.

Don Víctor sonríe y confirma que su vida ha sido cantar, pero nunca le ha dedicado canción alguna a su Gloria.

Explican que la situación está difícil, por ello tienen que llegar hasta la playa para hacer algunos centavos. Cantan de todos los ritmos, pero los más solicitados son las rancheras y los boleros. Aunque dicen que también le hacen a la cumbia, merengue y canciones románticas.

“Por cada cantada cobramos 50 lempiras, y cuando tienen buena jornada hacen hasta mil lempiras, pero deben viajar a otros municipios en bus para cantar”.

Ayer no fue buen día porque apenas habían hecho L100, ni siquiera para el almuerzo. Se consideran personas sanas y fuertes, pero felices por tener el don de la música. Para doña Gloria es felicidad salir con su amado a las calles y que las personas disfruten de su música.Han vivido miles de experiencias y han visto de todo en las calles, pero están de pie y con ganas de seguir cantando.

Bautizaron el grupo con un nombre que le hace honor al lugar a donde van a cantar en Semana Santa y los fines de semana: Puerto Cortés.

Como Los Solistas Porteños bautizaron el grupo y confiesan que mientras Dios les dé vida seguirán interpretando música. Contáctelos y ayúdelos para que puedan seguir deleitando al público.