La catedral San Pedro Apóstol dedicada al patrón San Pedro Apóstol que es el patrón de la diócesis, de la parroquia y de la ciudad es un lugar insignia y lleno de historia en San Pedro Sula.
En 1947 se iniciaron los trabajos de la misma que fue diseñada por el arquitecto costarricense José Francisco Zalazar, el ingeniero a cargo de la obra fue el hondureño Amilcar Gómez Rovelo y el maestro de obra fue Pablo Barahona.
En 1949 comenzó la construcción de lo hoy conocemos como la emblemática catedral que destaca en el centro de la ciudad de los Zorzales.
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Al ingresar al templo un ambiente de calma y arte envuelven a los visitantes nacionales y extranjeros que hacen una parada obligatoria en este lugar.
Su edificación es en cruz latina, con bóvedas que sostienen una cúpula central, la que está rodeada con las pinturas de los apóstoles.
La fachada la complementan dos torres campanarios a ambos lados, la puerta principal orientada al oeste y dos puertas más orientadas tanto a norte y sur que dan acceso a la feligresía católica, mientras el altar principal está incrustado con su retablo respectivo en una de las aristas.
La catedral es el resultado del esfuerzo de muchos años de hombres y mujeres que trabajaron por hacer realidad esta causa.
En el libro 'Hombres y apóstoles en la costa norte hondureña' se encuentran detallados varios acontecimientos sobre la construcción de la misma.
Detalles que remontan a las vicisitudes y las personas claves que dieron de sus recursos y tiempo a la construcción de la parroquia.
Previo a la pandemia miles de personas se reunían en este lugar cada domingo de misa para renovar su fe y agradecer las bendiciones recibidas.
En la actualidad, en tiempo de pandemia, la feligresía retornó al templo bajo nuevas medidas, pero con la misma fe; necesitados de este tiempo de comunión que la crisis sanitaria arrebató.