En el sector Calpules de esta ciudad se respira temor e impotencia. Por las calles de las colonias Periodista, Municipal y Del Valle se percibe el terror de ser víctimas de la delincuencia que a toda hora y sin ninguna restricción amenaza a los sampedranos que las habitan.
Los lamentos por los asaltos a estudiantes y trabajadores en autobuses que transitan por esa zona son cada vez más frecuentes y las autoridades de Seguridad ni siquiera refuerzan la zona con elementos policiales o del Ejército.
De vez en cuando se colocan dos o tres oficiales en distintas calles, pero su aporte es minúsculo y los maleantes regresan cuando estos terminan su turno. “Nos quitaron hasta los tenis. Eran cuatro. Encañonaron al ayudante del bus y al chofer y luego de despojarnos de todo se bajaron del bus. Ellos conocen el movimiento del sector mejor que los policías porque cuando nos asaltan no hay ninguna patrulla cerca. Nos amenazan como a todos en esta zona”, dijo un universitario.
Fracaso
Autoridades de la zona educativa de Calpules formaron a inicios del año un plan de seguridad en conjunto con las autoridades policiales del distrito 26, dirigidas por José Armando Iscoa, que logró regularidad en el patrullaje. Ahora solo queda el recuerdo. Dicho plan se disolvió e incluso el subcomisionado policial fue movido de lugar.
Ninguno de los involucrados en ese comité brinda declaraciones al respecto.
Los vecinos del sector, que se niegan a dar su identidad, llaman al “diálogo” a los delincuentes de la zona y les piden “acuerdo de paz” para el bien de sus familias. “Respetaremos todas las condiciones, pero queremos que haya paz en esta parte de la ciudad”.