Por donde se mire este postre ha resistido toda prueba del tiempo. La receta se remonta hasta la Grecia Antigua cuando los griegos utilizaban ingredientes simples como harina, trigo, miel y queso; tras la invasión de los romanos se agregó el huevo.
Fue hasta 1929 que se creó el cheesecake estilo Nueva York cuando Arnold Reuben, restaurantero alemán, se enamoró del postre y presentó su propia receta del perfecto pastel de queso que hoy conocemos.
Ingredientes
Base:1 taza de galletas María o de canela molidas
3 cucharadas de mantequilla derretida
3 cucharadas de azúcar
Relleno: 1/2 taza de azúcar
2 paquetes de queso crema ablandado
1 cucharada de jugo de limón
1 cucharadita de cáscara de limón rallada
1 taza de crema ácida
3 huevos
Topping: 1/2 taza de azúcar
1 cucharada de fécula de maíz
1/2 taza de jugo de naranja sin pulpa
1/4 de taza de agua
2 cucharadas de jugo de limón
1 pizca de sal
2 tazas de fresas frescas
Crema batida
Preparación
Base: Precalentar el horno a 160 °C. Mezclar las galletas trituradas, la mantequilla y el azúcar; presionar con firmeza la mezcla en el fondo del molde. Hornear por 10 minutos, retirar del horno y dejar enfriar.
Relleno: Subir la temperatura del horno a 180 °C. Batir azúcar con el queso crema, el jugo de limón y la cáscara hasta obtener una mezcla consistente. Agregar la crema y mezclar bien. Sumar los huevo uno por uno batiendo a baja velocidad hasta lograr una mezcla homogénea.
Verter el relleno sobre la base de galleta y hornear por 50 minutos o hasta que el centro esté casi firme.
Topping: Mezclar el azúcar y la fécula, añadir el jugo de naranja, el agua, el jugo de limón y la pizca de sal. Llevar a ebullición a fuego medio, revolviendo constantemente y hervir por un minuto. Retirar del fuego y dejar enfriar cinco minutos. Colocar las fresas frescas sobre el pastel y con un pincel de cocina añadir el glaseado. Decorar con crema batida.