26/04/2024
07:07 AM

No la detuvieron sus 80 años ni su dolor de espalda

Doña Marina García vive sola con una sobrina en la colonia Satélite desde donde llegó a votar a Barandillas.

    San Pedro Sula, Honduras.

    Recién se habían esfumado las últimas sombras de la madrugada cuando doña Marina García ya estaba frente a la Escuela Soledad Fernández del barrio Barandillas dispuesta a votar, pero resulta que ejerció ese sagrado derecho hasta las ocho de la mañana.

    Llegó en bus desde la colonia Satélite únicamente con una taza de café negro en el estómago, pero con el deseo de repetir lo que viene haciendo desde que tiene uso de razón: votar por su partido liberal.

    Apoyando sus ochenta años en un bastón, permaneció parada frente al portón metálico del centro de votación, esperando que adentro terminaran de organizarse los representantes de las mesas electorales. Estuvo a punto de retirarse para volver cuando ya se hubiera abierto la votación, pero un activista de su partido logró que la dejaran entrar para que al menos esperara sentada.

    “Tengo que ir a trabajar”, se quejaba al ver que el tiempo avanzaba y ella sin poder votar. Al preguntarle sobre su ocupación contestó que se dedica a aplanchar ropa ajena en el barrio Barandillas. “Antes trabajaba en casa, pero desde que me apareció este dolor en la columna, ya no puedo estar mucho tiempo parada”, comentó.

    En sus mejores años formó parte del equipo de barrenderas de la ciudad, pero después de seis años y medio de labores la despidieron sin un centavo, se lamentó.

    Al centro de votación llegó con una bolsa de envases vacíos que había recogido en las calles como parte de su otra ocupación, la de vender plásticos para el reciclaje.

    Mientras esperaba el momento de que le mancharan el dedo recordó que en 2002 fue víctima de un asalto. “Se me fue mi Biblia, mi bote de agua y mi cédula”. Entonces acudió al registro para que le repusieran su documento, pero resulta que querían darle la cédula de un muerto para que votara, la que ella rechazó diciendo: “yo no estoy muerta”.

    Cuando por fin fue habilitada su mesa, cruzó lentamente el patio de tierra de la escuela para llegar al encuentro con su compromiso. Dejó escapar un resuello al subir las dos gradas que median entre el patio y el corredor de la escuela. Colocó a un lado la bolsa con los botes y entró desorientada al aula. Una de las damas que estaba en las mesas la dirigió.

    No sabía a qué candidato marcar, pues su obligación ha sido solamente con su partido desde que el extinto presidente Ramón Villeda Morales le consiguió trabajo a un sobrino suyo.

    -“Me gusta la política, pero no para vivir de ella”-

    Aunque vive en la misma colonia Fesitranh adonde está registrada como votante, Cindy Lara se levantó a las cuatro de la madrugada para acudir a ejercer el sufragio por primera vez en su vida.

    Le tocó mancharse el dedo en el Instituto Primero de Mayo en el cual obtuvo su título de Bachiller en Informática. Ahora está estudiando en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula para convertirse en licenciada en Administración de Empresas.

    Se levantó más temprano que de costumbre en su día de descanso porque antes de votar quería orientar a otros votantes pues, a sus 18 años, conoce mucho sobre el tema electoral. Dice que le gusta la política, pero no para vivir de ella, pues su meta en la vida es formar su propia empresa con los conocimientos que le dé su profesión cuando se gradué.

    Criterio. “La política no es mala, todo depende de cómo la ejerzan los políticos”, argumentó. Para ella el mejor presidente es aquel que esté dispuesto a hacer los cambios que reclame el país. Su candidato a la alcaldía es Marlon Lara, dijo.



    -“Voté por cualidades, no influenciada por publicidad”-

    A sus 18 años Rossel Zúñiga se siente comprometida con su país, por eso decidió expresar su voluntad en las urnas sobre quiénes deben ser sus candidatos.

    En lo particular no le gustaría aspirar a un cargo público, en caso de que se presente la oportunidad, porque considera que esa es una enorme responsabilidad. “Esto es bien serio, el presidente tiene que tomar el control absoluto del país, por eso debemos pensar bien por quién votar”, expresó.

    A pie. La muchacha de 18 años dice que ella decidió votar por primera en base a cualidades, no por influencia de la publicidad. Llegó a pie para depositar su voto en la Escuela Presentación Centeno del Barrio Cabañas, cerca de donde vive.

    Se graduó como Bachiller Técnico en Administración de Empresas y se dispone a estudiar Contaduría Pública y Finanzas porque piensa algún día tener su propio patrimonio y saber administrarlo.

    “Mi meta es formar mi propia empresa y servir a Dios, si se me da la oportunidad, pero en política, me basta con el placer de poder votar”, apuntó.



    -“No me interesan los partidos, sino las personas”-

    Votar por primera vez para Selvin Josué Leiva fue un acto de buena voluntad porque no aspira a que le den nada si ganara su candidato favorito.

    Dice que no le interesa el partido, sino la persona, por eso esta vez votó por Juan Orlando Hernández para presidente, pero si hubiese participado Salvador Nasrala, su voto hubiese sido para el presentador de la televisión.

    Fútbol. Admite que no ha sido un joven de metas, pues apenas hizo el sexto grado, pero tampoco se ha dejado influenciar por otros jóvenes que andan en actividades reñidas con la ley y el orden.

    El muchacho dejó momentáneamente uno de sus pasatiempos favoritos, el fútbol, para ir a ejercer el sufragio en la Escuela Presentación Centeno del barrio Cabañas. Por esa afinidad con el fútbol es que votó por Juan Orlando, pues dice que ha hecho bastantes canchas, aunque cree que Nasrala puede hacer muchas más.

    A pesar de no contar con una profesión se siente realizado. “Mientras tenga el balón de mi lado estaré bien”, dice para destacar que no le ha ido mal.