Alejandra Nolasco Nuñez ( de 6 años) y Leonardo Josué Rivera (de 11) con otros alumnos del centro de educación básica José Simón Azcona, rodeados de pupitres destruidos, anhelan que su escuela sea reconstruida para regresar a clases.
Y es que este centro, que consideran su segundo hogar, en el que sus padres también se formaron en su mayoría, quedó devastado por el paso de las tormentas Eta y Iota.
Los padres y docentes de estos menores tardaron meses en sacar el lodo de la calle principal, escenario, patio y aulas; pero al quedar seca la escuela poco del inmobiliario quedó funcional y hoy que anhelan volver a clases presenciales no tienen opciones.
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Gabriela Nicole Rodríguez (de 9), intenta conectar el celular de su madre en un toma corriente ennegrecido de la escuela Pablo Portillo en colonia Fe y Esperanza y se da cuenta que el sistema eléctrico de su escuela está completamente fundido.
Los hermanos Moisés y Sigris Fortín (de 11 y 12), destacados estudiantes de la escuela república de Suecia, en la colonia Sabillón Cruz, están tristes porque en su escuela no hay agua ni pupitres que permitan que ellos y sus compañeros vuelvan a clases presenciales.
“Aprendo más en el aula y porque quiero aprender más quiero regresar a clases presenciales. Veo la escuela destruida y sucia; espero que haya más pupitres, que arreglen los baños, que haya una pila y que exista un lugar para beber agua”, comentó Moisés David Ríos Fortín, quien es alumno de sexto grado.
Motivados por estas carencias que impiden que estos niños regresen a clases LA PRENSA, el diario líder de Honduras, arrancó esta semana con la campaña Volvamos a las Aulas, en la que se busca suplir de mobiliario y reconstruir los muros con ayuda de la sociedad civil, la empresa privada, organizaciones, colegios profesionales e instituciones de educación superior.
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Y es que la necesidad es grande en Chamelecón, pues las familias de escasos recursos subsisten con lo necesario, algo que ha dificultado en dos años las clases virtuales, porque a pocos les sobra dinero para una recarga diaria; por eso es vital que regresen a una escuela funcional y segura, según Nancy Sánchez, presidenta de padres de la Pablo Portillo 1.
A ella, al igual que otros padres les ha tocado recibir a sus vecinitos para prestarles Internet y hasta sus celulares para que hagan su tarea.
El Colegio de Arquitectos de Honduras, capítulo noroccidental, y el Club de Leones Merendón se unieron el pasado martes a esta iniciativa y ya evalúan qué donar de una lista de necesidades en los centros; sin embargo, se necesitan más manos amigas que ayuden a los niños.
El número de WhatsApp 9465-0652 está habilitado para dar información detallada sobre las necesidades.
Se han habilitado dos centros de acopio: en Diario La Prensa en la 6 calle y 3 avenida norte en barrio Guamilito, y gracias a la colaboración del Cuerpo de Bomberos, en la subestación de esta entidad en Chamelecón, calle principal a la colonia Ebenezer.