Venta irregular de lanchas decomisadas en base naval

En informes internos de la institución se denuncia la desaparición de equipos incautados a narcos en La Mosquitia. Una de las embarcaciones pertenecía a la banda del Pescado Bonilla.

Venta irregular de lanchas decomisadas en base naval
San Pedro Sula

Una serie de equipos marítimos decomisados a narcotraficantes desaparecieron de manera irregular de la Base Naval de Caratasca, en La Mosquitia, mientras estaban bajo resguardo oficial, según denuncias internas de la propia Fuerza Naval Hondureña (FNH).

La Unidad de Investigación y Datos de LA PRENSA Premium tuvo acceso a informes internos en los que se detallan presuntas acciones ilegales ocurridas desde 2024, que ya han sido trasladadas al Ministerio Público y al Comisionado Nacional de Derechos Humanos (Conadeh) por personas afectadas de comunidades costeras.

La gravedad del caso ha llevado a personas oriundas de comunidades de La Mosquitia, afectadas por la venta de sus equipos que utilizan para la pesca y navegación, a recurrir al Ministerio Público y al Comisionado de Derechos Humanos, después de varios años sin obtener respuestas.

LA PRENSA Premium se reserva la divulgación de los códigos de los expedientes o los nombres de algunas personas mencionadas por protección.

La investigación de la supuesta venta de equipos y materiales, que estaban en bodegas y en depósito de la unidad de la Fuerza Naval de Honduras en Caratasca, inició en 2024, cuando subalternos comenzaron a reportar anomalías al considerar que no debían involucrarse.

Uno de los denunciantes es el teniente de fragata Wilson Emilio Reyes Álvarez, quien fue asignado a una misión administrativa en dicha base ese año y ocupó el puesto de jefe de la sección de Logística, donde se encargaba del manejo de combustibles, lubricantes, vehículos, lanchas y todo lo relacionado con equipos para las misiones.

En la denuncia interpuesta ante la Fiscalía, Reyes Álvarez relata que el 22 de septiembre de 2024 el comandante de la Base Naval de Caratasca le ordenó el traslado y entrega de varias piezas de motores de borda a una persona en Puerto Lempira, Gracias a Dios.

“En esa ocasión eran motores decomisados que a veces los narcotraficantes los dejan en la playa y se llevan a la unidad y, según la ley, tienen que estar guardadas y no en uso, pero como nadie lleva un control hacen y deshacen”, apuntó en su reporte.

Afirmó que realizaron los viajes con los motores y piezas decomisadas “sin saber en ese momento que se trataba de una venta, pero lo supe cuando recibí un sobre en el cual estaba anotaba la cantidad de L86,000, lo que me hizo suponer que era la cantidad que estaba dentro del sobre”.

Relató que al regresar a la base naval hizo saber su inconformidad a un capitán, a quien —luego de entregarle el sobre— le dijo que no quería verse involucrado en problemas. El superior respondió que el propósito de la entrega era limpiar la bodega y que el asunto ya estaba reportado.

Para el 18 de octubre de 2024, por orden del comandante de la Base Naval de Caratasca, fue retirada vía marítima una lancha tipo jamaiquina, color azul y blanco, que estaba en custodia desde 2022 y fue vendida a otra persona por L40,000.

Según consta en el informe del teniente Reyes Álvarez, esa lancha fue decomisada por carecer de documentación y del permiso de operación, pero sus dueños realizaron todas las diligencias necesarias para hacer los reclamos, presentar los requisitos de propiedad y realizar los pagos de renovación para que se las devolvieran. No lo lograron, porque la lancha ya no estaba en la Base Naval de Caratasca en 2024.

En enero de 2025, los dueños conocieron que la lancha fue registrada en la Marina Mercante de Puerto Lempira con el nombre de Mis Bella Nelfa, llevando un motor de 15 caballos de velocidad (HP), con el número de serie 6B4K-L-1310069 (E15DMHL).

Otras lanchas en depósito en la Base Naval de Caratasca son reclamadas por sus dueños, pero tampoco aparecen.

Más hechos

Según la denuncia, el comandante de la Base Naval de Caratasca ordenó a un capitán y a un teniente de fragata contactar al teniente Reyes Álvarez, como jefe de la sección de Logística, para coordinar el traslado marítimo de una lancha, color azul, blanco y rojo y sin registro, al muelle de Puerto Lempira, en Gracias a Dios.

El 31 de octubre de 2024, la embarcación fue remolcada por una lancha tipo jamaiquina, color rojo y sin registro, por el teniente y operada por otro compañero para ser entregada a un ciudadano que no conocían.

“Esperaba encontrar a un representante de la Marina Mercante, ya que ellos son los encargados de realizar las devoluciones que están bajo guarda y custodia, por lo que llamé a un capitán superior, que me contestó que ya estaba coordinado y me limitara a cumplir la orden”, relató.

El testigo detalló que la lancha fue vendida en 110,000 lempiras, en vista de que vía WhatsApp le llegó un recibo de un depósito por parte de un desconocido.

" “Se está realizando un proceso de investigación en torno a ese caso (de la base naval de caratasca)”.
Mario Rivera, portavoz FF AA

Sobre los pagos, la investigación indica que hubo malestar entre los involucrados, pues no le pagaron a uno de quienes se suponía debían recibir parte del dinero por los equipos vendidos.

En el informe también se pide investigar una venta que ocurrió el 19 de diciembre de 2024, cuando fue vendida una lancha tipo tiburonera, color azul y verde, sin registro ni nombre, la cual desapareció de las instalaciones de la Base Naval de Caratasca, aunque aún se desconoce el precio de venta.

El denunciante reportó más casos de ventas irregulares; entre ellos, el de una lancha tiburonera blanca, de nombre One Love. Esta embarcación fue decomisada durante una operación contra la estructura criminal Los Halcones, cuyo uno de los jefes era el exfutbolista Óscar Armando “Pescado” Bonilla.

La embarcación fue decomisada por la Agencia Técnica de Investigación Criminal (Atic) y, acto seguido, traspasada legalmente a la Oficina Administradora de Bienes Incautados (Oabi), pero quedó en depósito en la Base Naval de Caratasca.

Combustible

Como jefe de la sección de Logística N-4, el teniente Reyes Álvarez se encargaba de la asignación de combustible, pero encontró irregularidades que, por reportarlas en informes, tuvieron consecuencias graves, por las que tuvo que abandonar la institución, plasmó en su denuncia.

Indicó que el Estado Mayor Conjunto, a través del C11, asigna 400 galones de combustible mensuales a la Base Naval de Caratasca, pero desde mayo hasta diciembre de 2024, cuando estuvo como jefe de la sección de Logística, la gasolina nunca llegó a esa unidad.

Manifestó que al hacer los reportes a la administración y otros superiores, quienes trataron de justificar, recibió un mensaje en el grupo de WhatsApp de Logística que decía: “Se enviarán otros números de facturas que deben liquidar. Ese combustible no va a llegar ni llegó a las unidades. Ustedes saben que es para cubrir otras necesidades”.

Reyes Álvarez afirmó que, tras las indagaciones que había hecho, el comandante de la Base Naval de Caratasca lo llamó y le preguntó por qué había investigado sobre el combustible. “Le expliqué que como N-4 (jefe de Logística) era mi responsabilidad hacer el seguimiento de esos temas y llevar el registro correspondiente”, señaló.

El 15 de enero de 2025, Reyes Álvarez recibió una comunicación por mensaje donde le informaban que se había conformado una comisión de investigación por acusaciones de una compañera de intentar agredirla sexualmente el 27 de octubre de 2024 en la Base Naval de Caratasca. Sin embargo, la comisión resolvió que el caso debió iniciar con la denuncia en el fuero penal y no en el fuero militar.

El militar afirmó que durante el tiempo que hizo informes y cuestionó las acciones irregulares, quisieron desacreditar la denuncia y el 28 de mayo de 2025 tuvo que abandonar la institución a la que sirvió desde 2018 por amenazas en su contra y su familia.

Ante consultas de LA PRENSA Premium, Mario Rivera, capitán de las Fuerzas Armadas, reconoció que “se está realizando un proceso de investigación en torno a ese caso”, sin brindar más detalles.

Testigo

LA PRENSA Premium entrevistó a una de las víctimas del caso. Se trata de un poblador de La Laguna de Caratasca, donde está asentada la base naval, quien relató la odisea que ha tenido que pasar luego de que en 2020 decomisaran una lancha con la que se dedicaban a trabajar en el traslado de buzos.

El poblador, que por seguridad pidió no revelar su nombre, también se vio obligado a denunciar su caso en el Comisionado de Derechos Humanos, porque siente temor luego de haber reclamado la devolución de una embarcación decomisada.

“Nosotros sobrevivimos de la pesca y de transportar buzos de la laguna al mar, no tenemos opciones de trabajo; una lancha y un motor es nuestra única salvación”, manifestó.

Contó que fue consciente de que cuando le decomisaron la lancha no andaba los documentos correspondientes, pero se hicieron responsables en la capitanía del puerto para seguir el proceso legal, aunque no les dieron respuesta.

La familia decidió no seguir con los reclamos porque en otros hechos mataron a dos parientes y terminaron huyendo de La Mosquitia.

En 2024, cuando regresaron, como la lancha era alquilada, tuvieron que seguir haciendo los reclamos a través de un abogado que hizo la auténtica de documentos de propiedad. Sin embargo, cuando el capitán de puerto fue a tomar las medidas de la lancha que estaba en la base naval en junio no se la entregaron porque les dijeron que faltaban documentos, como el registro de circulación de la capitanía.

Los afectados tuvieron que ir a Tegucigalpa, a la Marina Mercante, donde pagaron 3,000 lempiras y les dieron todos los documentos para reclamar la lancha, pero en noviembre de 2024 ya no estaba.

En la Base Naval de Caratasca les ofrecieron darles otra embarcación y otro motor, pero no aceptaron.

Luego de tres meses de esperar, los denunciantes suplicaron a los jefes de la base naval la entrega de la embarcación. “Le dije que me tocaría pagar los 170,000 (lempiras) que valían la lancha y el motor, y solo me dijo que si quería demandarlo que lo hiciera”, comentó el poblador.

El denunciante tuvo que ir a la Marina Mercante como última opción, pero tampoco le dieron respuesta y tuvo que interponer denuncia en la Fiscalía y Comisionado de Derechos Humanos como última instancia, “porque lo único que quiero es que devuelvan la lancha y el motor”.

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Redacción web
Unidad de Investigación y Datos
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Artículo elaborado por la unidad especializada en investigación periodística, reportajes de profundidad y análisis de datos. Se omiten los nombres por protección.