24/04/2024
08:48 AM

Alarma por bajos niveles del río Patuca

La organización misquita Masta, la Federación indígena Tawahka y el ICF denuncian explotación minera sobre el caudal. Los pipantes ya no logran navegar.

    Gracias a Dios

    La deforestación, la afectación de ecosistemas y explotación minera ilegal ya representan un impacto sustancial sobre el río Patuca, que atraviesa La Mosquitia y es el más largo de Honduras con 500 kilómetros.

    Para el biólogo y técnico forestal del Instituto de Conservación Forestal (ICF), Marcio Martínez, con más de 13 años de experiencia en la selva hondureña, el caudaloso cuerpo de agua, que pasa por el parque Patuca, Biosfera Tawahka y Biosfera Río Plátano, ha descendido cerca de dos metros en los últimos cinco años.

    En la ribera de Patuca están asentadas las comunidades indígenas Tawahkas y Misquitas: Parawasito, Kungkungwas, Yapuwas, Krautara, Krausirpe, Panzana, Pimienta, Tukrum, Kurpa, Ahuas Tigni, Wampusirpe, Wawina, Waksma, Paptalaya, Ahuas y Barra Patuka. En estos poblados, más de 70,000 personas dependen del río para viajar en pipante y obtener peces para alimentarse, actividades que en el presente están en riesgo por el bajo nivel del río, razón por la cual dirigentes tawahkas afirman que abrieron la carretera de Dulce Nombre de Culmí, Olancho, al corazón de La Mosquitia.

    Martínez dijo que el deterioro también tiene que ver con las deforestaciones en las cabeceras de los departamentos de El Paraíso y Olancho, en donde nacen los ríos Guayambre y Guayape, que se unen para dar vida al Patuca.

    Patuca III
    Álvaro Ramírez, subdirector técnico del proyecto Patuca III, dijo que el “impacto es positivo en todos los periodos en los que la central hidroeléctrica ha interactuado con el río. En noviembre de 2020, en periodo de comisionamiento, se operaron las compuertas para salvarles la vida a 35,000 personas cuando transitaron Eta y Iota por la cuenca del río. La operación eficiente de la central evitó que los desastres de las zonas norte y de occidente se presentaran en las comunidades aguas abajo del río Patuca”.
    Agregó que en verano también ha sido beneficioso, ya que se cumplió con el suministro de agua, se generó navegabilidad durante cinco meses aguas abajo y en junio que no ha sido lluvioso se han entregado al menos 30 metros cúbicos por segundo para navegar, que es un valor 10 veces superior al caudal ecológico requerido para el proyecto por ley”. Ramírez dice que “antes el río estaba conforme al clima y ahora nosotros tenemos un flujo constante de agua que se aporta al río aguas abajo”. Reiteró que el proyecto ha venido a beneficiar con agua constante para los meses de verano que no tenían antes.
    “En el Patuca medio, a la altura de Olancho, cuando el río cruza el parque nacional Patuca, hay dragas industriales y artesanales que buscan oro. El año pasado vi una muy grande extrayendo material del suelo del río. Esto es ilegal en un área protegida, y si esa draga está trabajando ahí es que probablemente tenía licenciamiento ambiental, no lo sabemos. Usan químicos para separar el material del suelo. Vi la grande, pero hay un sinnúmero de pequeñas hechizas”, comentó.

    Para el biólogo, esto afecta en la calidad y cantidad de agua. “Nosotros no entendíamos antes por qué ese río Patuca siempre pasaba color chocolate, incluso en verano, cuando ya las lluvias cesan. Es por la minería, será que hay tanto oro, y eso sumado a la deforestación, las malas prácticas ganaderas y al establecimiento de la represa Patuca III se condensan como las causas del descenso del caudal del río. Entre las 16 amenazas prioritarias se incluyen tanto las hidroeléctricas como las carreteras”.

    El río ha reducido dos metros en profundidad, pero ha ganado anchura porque los lados del río, cuando este crece, provoca erosión, explicó el funcionario del ICF, quien reiteró que el Estado debe intervenir con todas sus instituciones para detener la explotación ilegal del río y el bosque de La Mosquitia.

    Malestar

    Ranulfo Julian Andares, presidente de Muskitia Asla Takanka (Masta), organización indígena de la Biosfera de Río Plátano, dijo a LA PRENSA que estas zonas dependen del río Patuca, ya que también la gente produce agricultura en su ribera.

    “Más de 60,000 personas viven de Patuca. Por el proyecto de energía Patuca III se han dado consecuencias en el río, en el verano ha llegado a un nivel alto de sequía. Anteriormente no padecía este problema, pero en estos últimos sí se ha dado sequía, y esto afecta directamente a la agricultura. El río es un medio de transporte para nosotros, como una carretera. Hay pipantes que no pueden transitar con normalidad, se quedan pegados y deben buscar otro sector para trasladarse normalmente. Una persona desconocida pega fácilmente y se da vuelta. Este fenómeno comenzó hace unos cinco años”.

    El dirigente reiteró que el proyecto hidroeléctrico tiene efecto en esta sequía, porque este siempre ha sido un río caudaloso en La Mosquitia. “Es muy evidente que ha bajado el río Patuca. Genera alarma que un local que trabaja día a día en un pipante diga que el río ya no da para navegar y hacer el transporte. Si me lo dice un alcalde no le creería, pero me lo dicen productores locales que están afectados”, agregó José Manuel Alemán, jefe regional del ICF para la Biosfera del Río Plátano.

    Renato Barrios Erazo, presidente de la Federación Indígena Tawahka de Honduras (Fith), dijo que a veces se dan vuelta los pipantes porque el río está seco. “Se tarda navegando por el Patuca seis horas hasta la comunidad de Valencia, y luego otras seis horas desde Valencia a Catacamas por una calle de tierra. He visto dos máquinas grandes de minería en el sector de Valencia. He visto otras buscando oro cerca de Panzana. Yo como dirigente no estoy de acuerdo en la explotación minera, más bien vamos a hacer pronunciamiento para que inmediatamente vayan a sacar esa máquina y vamos a investigar hasta la Corte Interamericana”.

    Barrios cuestionó que el Gobierno está dañando a los pueblos indígenas “y cuando nos levantamos a hacer una obra está en contra. No se ha consultado esto con el pueblo, se está excavando y el problema más grande es dónde se van a esconder los peces. No hay tortugas ni cocodrilos, se ha disminuido el alimento. Muchos años atrás no hemos reclamado nuestros derechos, pero hoy nos hemos levantado, hemos analizado”.

    Urge descentralizar

    René Soto, máster en ambiente, vicepresidente del Colegio de Ingenieros Forestales de Honduras, exdirector general de biodiversidad y exdirector de energía en el Gobierno, dijo que La Mosquitia debe administrarse desde el punto de vista regional, ya que el sistema de administración pública va a seguir fallando, debido a que es centralizado.

    “Tenemos que potenciar las regiones y deben ir a un ordenamiento ambiental, y con base en los recursos de cada región se debe desarrollar. La Mosquitia necesita tratamiento especial, necesita un plan de desarrollo integral”, dijo.

    Soto refirió que el impacto en estos ríos no va a ser en las excavaciones de minería, sino que será en las costas. “Principalmente me han dicho que hay presencia de los chinos sacando oro. Como no es una minería debidamente legalizada con las técnicas y como es en desorden, sin que nadie se dé cuenta, lo que va a suceder cuando llegue el invierno es que toda esa sedimentación se va ir a la costa y esto va afectar las algas marinas, donde se reproducen y anidan los peces. Entonces no va a haber pesca, entonces los pescadores artesanales se van a ver afectados”.

    Concluyó afirmando que si esta minería está sucediendo con permisos que no han sido públicos, primero debió haberse consultado con los pueblos indígenas, y eso no ha sucedido, por lo cual cualquier operación minera es ilegal.

    La Federación Tawahka afirmó que irá a denunciar a la Corte Interamericana esta situación, pues ya no pueden viajar en pipante río abajo y no hay alimento.

    Respuesta

    Danilo León, abogado y secretario general del Instituto Hondureño de Geología y Minas (Inhgeomin), aseguró a LA PRENSA que en la Biosfera Tawahka no hay registros de derechos mineros solicitados ni otorgados.

    Dijo que Renato Barrios y Osvaldo Munguía, de la Fith y la Agencia para el Desarrollo de La Mosquitia, interpusieron el 6 de agosto de 2019 una denuncia por la supuesta explotación ilegal de oro en el río Patuca.

    El equipo de la Unidad de Desarrollo Social de la Inhgeomin en coordinación con otras entidades, con el propósito de dar respuesta a esa denuncia, intentaron comunicarse con los denunciantes para el acompañamiento a la zona donde se estaba cometiendo el ilícito y no se tuvo respuesta. Luego de esta denuncia no se han recibido más de las organizaciones indígenas en el Inhgeomin, agregó el funcionario.

    Explicó que en la jurisdicción de parque Patuca tienen dos expedientes que están otorgados en el nivel de exploración y que no tienen derecho a explotar, y el material es no metálico. Tienen un tercer expediente aún no aprobado de pequeña minería metálica de diez hectáreas.

    El 22 de octubre de 2020 remitieron un oficio a la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee) para solicitar su evaluación a dicha entidad para determinar si esta minería metálica no iba a interferir en los polígonos proyectos de energía que existen ahí, y aún no se ha tenido respuesta de la Enee, por eso no se ha dado ningún permiso y sigue a nivel de solicitud.

    “La Inhgeomin actúa responsablemente cuando tiene que intervenir otras instituciones del ente gubernamental para pedir información correspondiente y no otorgar los permisos de manera antojada, sino que seguimos un procedimiento legal establecido”. Dijo que para comprobar las denuncias de explotación en la zona deben hacer una visita in situ.