“Gritaban, tenían miedo de morir; pensamos que la avioneta explotaría”
Manuel Aldair Alemán relató a LA PRENSA Premium los momentos de drama, angustia y dolor al mirar los cuerpos y sobrevivientes tras caída de avioneta en el mar de Roatán.

- 18 de marzo de 2025 a las 10:45 /
San Pedro Sula, Honduras.
El mar estaba inquieto aquella tarde noche del lunes, el viento del norte soplaba con fuerza y las olas rompían con intensidad contra la lancha de Manuel Aldair Alemán Aguilar.
Como casi siempre, se encontraba junto a su amigo Eddy Orellana en las aguas cercanas al aeropuerto de Roatán, Islas de la Bahía, dedicándose a lo que más les apasiona: la pesca deportiva. No imaginaban que, en cuestión de segundos, su vida cambiaría para siempre.
Mientras navegaba con su compañero, miró despegar una avioneta, era la última del día, pues el aeropuerto cierra temprano. Todo parecía normal hasta que, de repente, algo salió mal. La aeronave no logró elevarse lo suficiente y, con una velocidad vertiginosa se precipitó hacia el mar.
Luego escucharon un estruendo, un impacto seco que hizo temblar el agua. Sin pensarlo dos veces, Aldair aceleró su lancha y en menos de un minuto ya estaba en el sitio del accidente. “Estábamos como a 100 metros”, relató en conversación con LA PRENSA Premium.
Lo primero que miró fueron cuerpos flotando sobre el agua, sin vida, un golpe de realidad le sacudió el pecho, pero no había tiempo para lamentos. “Unos estaban con el cráneo medio partido, miré a una francesa, a quien el asiento del avión se le cruzó como una flecha, las extremidades estaban cruzadas, será un milagro si esa muchacha sobrevive”, externó.
Del otro lado de la avioneta, unos gritos desesperados rompieron el silencio, eran los sobrevivientes. Se aferraban con angustia a lo que podían, sus rostros desencajados por el miedo y el dolor, suplicaban mientras el agua los arrastraba.

Aldair y su compañero comenzaron a subir a los sobrevivientes a la lancha. “No hallaba qué hacer, alguien me dijo que por qué no grabé, pero no había tiempo para hacerlo, solo salvar y rescatar a quienes seguían con vida”, recordó. Las condiciones eran adversas: el viento no cedía y las olas dificultaban la maniobra.
Uno a uno, fue rescatando a los pasajeros, entre ellos tres mujeres y dos hombres, adultos jóvenes, que apenas podían mantenerse a flote, pues no podían nadar.
Auxilio
El miedo en sus ojos era indescriptible. “Los sobrevivientes pedían ayuda, solo querían que los subiera a la lancha, tenían miedo de morir. Yo estaba nervioso, solo hice lo que se me pasó por la mente y lo que podía hacer más rápido”, relató.
Al mirar los pasajeros aterrados, contó, “tenía miedo que la avioneta explotara o que se hundiera y con la misma succión me llevara con la lancha y los pasajero al fondo del mar. Al final no me importó que explotara o no la avioneta, solo rescatar a las personas que estaban allí”.
Las victimas sobrevivientes les gritaban que nos las dejaran abandonadas, “que nos las dejáramos morir, incluso, una de ellas le dijo a mi amigo que jamás van a olvidar la cara de nosotros, que siempre nos llevarán en su memoria porque los salvamos”, resaltó durante su testimonio horas después de la tragedia.
Mientras aseguraba a los sobrevivientes en la lancha, logró contactar a otro pescador amigo, quien acudió de inmediato y rescató a una persona más con vida y a otra que ya no respiraba. Juntos, regresaron al sitio para recoger los cuerpos de quienes no lograron salir a tiempo.
La corriente comenzaba a llevárselos y la idea de que desaparecieran en el mar le resultaba insoportable. “En esta vida todos merecemos un propósito, nadie merece morir así”, dijo con tristeza.
Treinta minutos después llegaron los bomberos y las ambulancias, demasiado tarde para algunos, justo a tiempo para otros. Los sobrevivientes no dejaban de agradecerle.
La noche y madrugada del martes, Aldair no pudo dormir, la adrenalina aún corre por sus venas y su mente repasa una y otra vez la escena dantesca y dramática.
Ha leído los comentarios en redes sociales y mira cómo la gente lo llama héroe, pero él no se siente así. “Hice lo que cualquiera hubiera hecho en mi lugar”, expresó con humildad. “Queríamos rescatar más, pero lastimosamente la aeronave se estaba hundiendo y succionando a más personas”, agregó. En un mensaje enviado a los familiares de las víctimas sobrevivientes, Aldaiir dijo: “Tuvieron suerte que pasábamos cerca con mi amigo, solo deseo que los que rescatamos se recuperen pronto”.
Tanto Aldair como Eddy llevaban aproximadamente un minuto en el lugar cuando la avioneta cayó. No suelen navegar exactamente sobre ese punto del agua, por lo que consideran su presencia en ese momento un verdadero milagro.
Aldair confesó que si se da la oportunidad de mirarlos de nuevo ya recuperados, le encantaría, pero “siento que con lo que hice fue suficiente, estas son cosas que suceden en la vida, uno nunca sabe qué le deparará el destino. Las personas no deberían temer tomar un vuelo, son situaciones que simplemente ocurren”, destacó.
Hoy, al recordar aquella tarde y noche, su corazón se llena de gratitud. Tiene a su esposa y a su hija, seguirá dedicándose al turismo en apoyo a los cruceros de la isla, así como a la pesca durante sus tiempos libres, recorriendo las aguas de Roatán con la misma pasión de siempre, pero hay algo que cambió en él para siempre: ahora sabe que, en un solo minuto, la vida puede dar un giro inesperado, y que, en esos momentos, lo único que importa es ayudar, salvar, hacer lo correcto.
Un saldo de 12 personas murieron el lunes en el accidente de un avión bimotor de la empresa Líneas Aéreas Nacionales de Honduras Sociedad Anónima (Lanhsa), que cayó al mar poco después de salir de la isla de Roatán, en el Caribe, con 17 personas a bordo.
La aeronave, según informó antes el subdirector de Aeronáutica Civil, Jorge Corrales, había despegado con destino al Aeropuerto Internacional Guillermo Ánderson de la ciudad de La Ceiba, en tierra firme. Un minuto después de haber despegado, la aeronave hizo un viraje y cayó al mar.
Listado de pasajeros del avión de Roatán:
1. Aurelio Martínez Suazo (muerto)
2. Yeimi Alejandra Duarte Urribiera (muerta)
3. Helen Odile Guibarch (francesa sobreviviente)
4. Luis Fernando Mejía (sobreviviente)
5. Alejandra Henríquez Gostas (sobreviviente)
6. Liliana Rosa Ondina Estrada Chacón (sobreviviente)
7. Jairo Vargas (sobreviviente)
8. Carlos Edwin Mejía Ramos (muerto)
9. Alba Rosa Acosta Torres (muerta)
10. Rosemary Nicole Mejía Acosta (muerta)
11. Karla Abigaíl Mejía (menor de edad) (muerta)
12. Nidia Miralda Benítez (muerta)
13. Seida Siomara Torres (muerta)
14. Angie Flores Hernández (muerta)
15. Andrea Abigaíl Flores Hernández (menor) (muerta)
16. Luis Ángel Araya (capitán muerto)
17. Francisco Lagos (oficial muerto)