Concluido el año comienza el año. El año termina comenzando otro, porque el principio es el final de las cosas y lo que comienza termina y lo que termina desencadena un comienzo y el comienzo a la vez hace abrir los ojos para volverlos a cerrar, a cerrarlos en la muerte, que es un final que a su vez desata vida. Morir y vivir o vivir y morir o vivirmorir o morirvivir.
Morirvivir en esta vida para asistir a la otra.
Vivirmorir muriendo en una aparente vida, tan aparente que se responde a un nombre y en ese responder no responde alguien con vida.
Caminar, hablar, ver y tocar; escuchar, olfatear, leer y escribir, vida cotidiana, hastío, aburrimiento, decepción, laberintos de lo mismo.
Algo falta, alguien se llevó el algo, ese algo fulminador de lo aparente y en donde caminar es la realidad de mover las piernas obedeciendo una orden cerebral, ¡caminar! es decir, sentirlo; alguien ha ocultado ese algo en donde hablar es a la vez saber escuchar.
Ver, o sea percibir, transmitir los colores al hemisferio cerebral correspondiente, descifrarlos sin pensar en ello, una acción tan inmediata y natural que es imperceptible, sencillamente vivir.
Tocar, rozar, olfatear. Tocar, piel, poros, terminaciones nerviosas, sensibilidad, calor corporal, sangre a velocidad, espermatozoides en alerta, sentimiento balbuceado y resumido en un te quiero con ojos transmitiendo el mismo mensaje verbal, cambios leves en el color en la piel.
Vivir, soñar, navegar en espacios desconocidos, en ocasiones soltando el imaginario idealizado de nosotros mismos y el de los ajenos, el de los más cercanos, esos a quienes les reservamos un especial sentimiento distinto al resto de las personas.
Vivirmorir asistiendo a los mismos sitios, viendo sin ver a la misma gente, yendo a cumplir de manera puntual horarios de entrada y salida, sin haber entrado y por lo tanto, sin posibilidades de tener salida.
Fraudes laborales, un fingir hacer algo, por haber perdido la capacidad de sentirlo; y al no sentirlo no tener la diversión que supone ejecutar una labor.
Vivirmorir hasta llegar a sentir la velocidad del planeta en ese viaje del eterno retorno elíptico cargando cadáveres vivientes por millones.
Vivirmorir cuando el sol quema y no hacer nada, quedarse plantado sin buscar refugio para impedir el daño epidérmico; vivirmorir en donde el sistema inmunológico entra en crisis sin capacidad de respuesta ante el más leve ataque de cualquier bicho que se cruza por ahí.
Ausencia de luz, pérdida del brillo, desaparición de la lente magnificadora de cada hecho o acontecimiento, sin deseos siquiera de poder soplar y apagar el movimiento cadencioso de la llama que corona a las velas del pastel de cada año, todo por el embargo o secuestro de ese algo constitutivo del germen mismo de la vida.
Hasta los hechos convertidos en recuerdo se contaminan cuando ese algo que anima la existencia desaparece. Así, los buenos momentos, que fueron tan buenos en el instante de ocurrir, ya convertidos en recuerdo no son más que tortura disfrazada, cuando en la evocación de las figuras de agradable presencia surge la pesadumbre, y entonces, el repaso es un tormento, porque ese algo que existía cuando los grabamos ha desaparecido.
Leit motiv, epicentro, vértice, sustituidos por rincón, sombras, maraña, vivirmorir.