Un periódico norteamericano publicó hace algún tiempo una propuesta de un grupo de empresarios y era en realidad un negocio increíble, demasiado bueno para ser verdad.
La idea era construir y desarrollar una granja para la cría de gatos, cuyo cuero sería aprovechada para fabricar zapatos, carteras y otros artículos.
El principal problema era la alimentación de los gatos, ya que siendo carnívoros, resultaba verdaderamente cara. Además, los gatos comen mucho, con efecto también en el costo de producción. Para solucionar el problema se planeó construir en forma paralela una granja de ratas, con cuya carne se alimentaría a los gatos. Las ratas se reproducen cinco veces más rápido que los gatos, así que siempre habría suficiente carne para engordarlos rápidamente.
Entonces surgió un nuevo problema; ¿cómo alimentar a las ratas? La respuesta no podía ser más sencilla; las ratas comen de todo, así que se les alimentaría con la carne de los gatos, una vez que se les hubiera quitado la piel.
Como los gatos son exactamente cinco veces más grandes que las ratas, la producción de carne de gato siempre alcanzaría para alimentar el creciente número de ratas.
La idea no podría ser mejor: los gatos serían alimentados con la carne de las ratas y las ratas con la carne de los gatos: ¡cero costo de materia prima!
Se planeó abrir un túnel entre ambas granjas, de manera que con sólo mover una pequeña compuerta las ratas saldrían disparadas en busca de alimento, encontrándose entonces con los hambrientos gatos.
Cuanto los gatos estuvieran repletos de carne de rata, inmediatamente se irían a dormir, momento que sería aprovechado para sacrificarlos, quitarles la piel y enviar la carne donde una nueva camada de ratas estaría esperando más hambrienta que empleado público en la llanura.
De más está decir que quienes propusieron la idea fueron a parar a la cárcel ya que todo, obviamente, era una estafa.
Pues bien, hablando de ideas locas y en vista de que todo mundo está buscando en qué emplear o cómo gastar el montón de dinero que supuestamente vendrá de Petrocaribe, yo quiero proponer mi propia idea loca, a ver si alguien me hace caso. El dinero de Petrocaribe nos será prestado a un interés muy bajo, nada menos ni nada más que el uno por ciento. ¿Qué tal entonces simplemente agarrar ese dinero y prestarlo de vuelta a cualquiera con suficientes garantías al interés normal del mercado, que en dólares puede andar en el 13 por ciento? La ganancia anual por servir de intermediarios sería al menos de un 10 por ciento, ¡sin riesgo y sin inversión!
Todo ese dinero, ganado sin costo alguno, podría ser empleado para mantener el subsidio de los combustibles, atención, no confundirlo con suicidio, que son cosas muy diferentes, excepto cuando el dinero del Estado se emplea en subsidiar a los dueños de carros.
En Venezuela don Chávez no podría quejarse, ya que su dinero estaría seguro y serviría para una buena causa y nuestro gobierno, que ya ha tirado millones de dólares al tanque de los dueños de auto, podría garantizar que el subsidio seguiría por siempre, más allá de los dos años que le faltan para entregar el poder, con lo cual el pueblo le recordaría con aún mayor cariño.
¿No le parece que es un negocio redondo, tanto o mejor que la granja de gatos? ¡Qué genio que soy, me van a secuestrar los rusos!