Solidarios

Nuestra labor informativa y propositiva contribuye a la forja de ciudadanía responsable y comprometida con su patria.

Acusación por demás burda e infame la formulada por el vocero digital de las Fuerzas Armadas en contra de nuestro colega periodista, Rodrigo Wong Arévalo, la que, además de infundada y carente de cualesquier veracidad, se constituye en un nuevo ataque no solo contra el colega sino también contra la libertad de prensa en nuestro país, que ha cobrado intensidad en boca del general Roosevelt Hernández, quien preside la institución castrense.

El periodista afectado en su honor y patriotismo puede entablar demanda judicial contra Hernández por difamación y calumnia, y si la administración de justicia se aplica de manera absolutamente imparcial fallaría a su favor. La tendencia al incremento y consolidación en contra del derecho a informar por parte de medios de comunicación independientes y de profesionales que laboran en ellos no es algo reciente.

El Índice de Libertad de Prensa elaborado por Reporteros sin Fronteras el 2021, en su “ranking” mundial, reveló que el retroceso para nuestro país fue de 15 puntos, lo que da una idea objetiva de la intensidad y profundidad de esta violación a un derecho humano fundamental.

La retórica, más la intimidación, persecución, agresiones, culminando con el asesinato de periodistas hondureños debe ser ubicado en un contexto político de mayores niveles de autoritarismo e involución en el proceso democratizador de nuestra nación, prevaleciendo la impunidad con respecto a los autores intelectuales de tales ataques, al igual que los sicarios encargados de ejecutar las órdenes impartidas.

La libre expresión del pensamiento está hoy en precario y requiere de la unidad y solidaridad del gremio periodístico sin doblegarse ni autocensurarse. De adoptar tales actitudes, sin duda cobardes y oportunistas, se está practicando el sometimiento al poder político y a un eventual suicidio colectivo tanto para la actual generación como para las venideras.

Nuestra labor informativa y propositiva contribuye a la forja de ciudadanía responsable y comprometida con su patria. El llamarnos a silencio cómplice milita en contra de esa obligación y compromiso.

Oportuno es, por lo tanto, el llamado de la Asociación de Medios de Comunicación, que en un comunicado ha exhortado a autoridades y periodistas a la reflexión y al respeto mutuo en el ejercicio de la labor informativa y el cumplimiento de las funciones públicas, enfatizando en que la función crítica del periodismo es esencial y debe entenderse como un aporte constructivo a la democracia hondureña.

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