San Pedro Sula, Honduras
La queja habitual de los hondureños residentes en el exterior es que la mirada no es hacia ellos, sino a las remesas que llegan a miles de familias y que fortalecen las economía del país y ayudan mantener un cierto grado de estabilidad al sistema monetario con la disponibilidad de recursos para atender las importaciones hacia la que se inclina la balanza comercial.
En este año las previsiones calculan que los envíos superarán los 4,000 millones de dólares con un crecimiento de casi 13%, favorecido por el desenvolvimiento de la economía norteamericana, en auge, aunque habrá que esperar la próxima semana para conocer el resultado de la elección, ante el cual Wall Street y los mercados financieros muestran nerviosismo y la expectación, pues los anuncios proteccionistas, con alto grado populista, aletean en la campaña.
También para los inmigrantes y, en particular, para los indocumentados, hay amenaza de temporal, cuya complejidad es sumamente complicada por el ambiente político con las dos Cámara en manos de los republicanos, lanzados de lleno a mantener la mayoría como prioridad. Sin cambio en el Capitolio la promesa de la reforma integral se repetirá, pero quedará como en la administración Obama en promesa de campaña. Del adversario ya se sabe, muro y avión blanco.
Nada extraño que haya el aliento contenido, pues la preferencia de los votantes se mantiene en los márgenes de error, considerado en las encuestas, es decir, en los metros finales hay un empate técnico. De ahí los masivos e intensivos últimos esfuerzos para llegar al martes “después del primer lunes de noviembre”, con la tarea hecha a la espera de la aprobación de los votantes.
La previsión de lo que puede venir y mucho más, se refleja en lo que está aconteciendo con la deportación de indocumentados, ese otro rostro, a veces invisible y por ello más trágico, de los 20 mil hondureños deportados anualmente desde Estados Unidos. Cinco vuelos semanales son recibidos con un promedio de 120 repatriados, muchos de los cuales emprenden por segunda o tercera vez el camino lleno de cruces y tumbas hacia el norte.
Del resultado del próximo martes mucho no se puede esperar, aunque sí habría más beneficios y oportunidades si se fortalece aún más la economía y hay mayor oferta en el sector laboral. Las razones de la migración tiene también rostro interno, la violencia, inseguridad, desempleo y aspiración a una mejor calidad de vida que miles de hondureños no encuentran en su tierra.
