Poderoso caballero es don dinero

A los candidatos no les interesa el transmitir programas e ideas que ilustren a la ciudadanía respecto a su implementación, si llegaran a recibir el respaldo popular en las urnas.

Una copiosa danza de millones de lempiras está sirviendo como lubricante para el financiamiento del actual proceso electoral, tanto por parte del Gobierno como de inversionistas en política, lo que incluye a personas vinculadas a ilícitos. Tales fuentes de financiamiento datan de tiempo atrás, pero los montos van creciendo en cada elección, alcanzando cifras elevadas para nuestra limitada economía, que nos ubica entre los países más pobres a nivel mundial.

Un denominador común en tales desembolsos es la compra de conciencias a efecto de que las personas beneficiadas, sean con bonos estatales de diversa denominación hasta fuertes cantidades de procedencia ilícita, influyan en los resultados finales a favor de determinadas personas en los tres niveles: presidencial, legislativo y municipal.

Corresponde a la Unidad de Financiamiento, Transparencia y Fiscalización (UFTF), también conocida como Unidad de Política Limpia, la investigación relativa a la procedencia de tales millonarias cantidades. Empero, su funcionamiento se encuentra muy limitado, habida cuenta de que aún no se ha aprobado su presupuesto; es gracias a donaciones provenientes de la Unión Europea y canalizadas por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que está trabajando a medio vapor, caso contrario estuviera inactiva.

Hasta el 27 de octubre informaba que apenas el 40% de los candidatos (806 de un total de 2,137) había cumplido con la obligación legal de informar detalladamente respecto a las fuentes y procedencia de las cantidades invertidas en el actual torneo electoral.

Llama poderosamente la atención que la mayoría de candidatos está renuente a actuar con la debida transparencia y rendimiento de cuentas. ¿A qué se debe tal actitud? ¿Será acaso por estar recibiendo dinero sucio producto de ilícitos?

A los candidatos no les interesa el transmitir programas e ideas que ilustren a la ciudadanía respecto a su implementación, si llegaran a recibir el respaldo popular en las urnas. Su hacer y quehacer se confinan a proyectar imágenes publicitarias, a lanzar denuestos a diestra y siniestra.

En otras palabras, su afán radica en la forma no en el fondo, en promesas vacías de contenido, que el viento se lleva consigo, indicativo de la indiferencia que les merece la compleja y dramática realidad nacional.

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