29/04/2024
02:29 PM

Optimismo

    El optimismo de altos funcionarios estadounidenses que avizoran una buena relación de su país con el Gobierno de la presidenta Xiomara Castro se evidenció el jueves con la presencia de la vicepresidenta, Kamala Harris, a los actos de investidura, una visita que se temía podría suspenderse por los sucesos que deterioraron el inicio del nuevo Legislativo. Pero la pausa del tema político y, seguro, la garantía que se resolverá por el camino pacífico, hizo realidad no solo esa asistencia al histórico acto, sino la primera reunión entre ambas.

    Y como se había previsto, la cita se realizó luego de que Harris pudo escuchar de la viva voz de la presidenta Castro los problemas que enfrenta su administración, comenzando por la estratosférica deuda externa y a la multiplicada pobreza que sufre más del 70% de hondureños. También la funcionaria puso atención a la veintena de compromisos que Castro expuso en su discurso de asunción en el estadio Nacional, muchos de ellos vinculantes al plan para frenar el flujo de migrantes. Entre esos compromisos, el de luchar contra la corrupción e impunidad.

    Es claro que la decisión norteamericana de atajar las causas que generan la inmigración desde Centroamérica tiene ahora nuevas dimensiones cuando recién se conoció la cifra récord de más de dos millones de ilegales detenidos en la frontera con México durante el año pasado. El aumento de inmigrantes —que salieron de Honduras, Guatemala y El Salvador— y la situación que atraviesan mantienen la presión sobre el presidente Joe Biden que aún no ha conseguido honrar la promesa de una reforma que pueda regularizar a 11 millones de indocumentados que viven allá.

    Con la claridad del mensaje de la nueva titular del Ejecutivo, esta avanzada para abordar el fenómeno migratorio, encabezada por la vicepresidenta Harris, seguro regresó a su país con mayores parámetros para ajustar su programa considerando, como lo señaló Castro en su discurso, que recibió un país “en bancarrota” y en “la catástrofe económica” con enormes necesidades. Hasta ahora, el plan anunciado por Estados Unidos se basa en la intención de promover inversiones por más de 1,200 millones de dólares de empresas dispuestas a traer algunas operaciones al Triángulo Norte, además de apoyar en las áreas que puedan impactar para reducir la migración. Esperamos que de la intención se pase con mayor urgencia a la ejecución y que ese optimismo al iniciar relaciones con el nuevo Gobierno de Xiomara Castro se traduzca en el bienestar de grandes comunidades que necesitan de empleos y de una vida digna y de paz de la que no quieran escapar.