Intransigencia ministerial

El darle largas con el propósito de ponerle fin al impasse mediante la estrategia del agotamiento y desaliento por parte de la huelga de brazos caídos.

La actitud soberbia por parte de la titular de la Secretaría de Salud, está contribuyendo a la prolongación del paro laboral decretado por la Asociación Nacional de Enfermeras y Enfermeros Auxiliares de Honduras (ANEEAH), iniciado el primero de los corrientes en reclamo a las autoridades del ramo de cumplir con los acuerdos firmados entre las partes.

Tras nueve días no se ha iniciado un necesario diálogo que permita alcanzar consensos que lleven a la solución de esta problemática de carácter laboral con proyecciones sociales, que incide directamente en la atención a la población que acude a los hospitales y centros de salud estatales en procura de asistencia médica y medicamentos.

La tensa relación se complica por el hecho de que colectivos del partido Libertad y Refundación (Libre), en actitud amenazante y agresiva, prometen actuar con el uso de la fuerza a efecto de reprimir a las y los huelguistas. Tal postura, por demás repudiable, evoca a grupos utilizados como fuerza intimidatoria y violenta por el Partido Nacional en las décadas de los años sesentas e inicios de los setentas, conocida como “mancha brava”, que actuaba con el consentimiento de la alta dirigencia de ese instituto político a fin de influir tanto en las votaciones nacionales como en las gremiales, al igual que como rompehuelgas, portando armas de fuego y garrotes.

Hoy la historia se está repitiendo, enfrentando a hermana contra hermana, a policías contra huelguistas utilizando gases lacrimógenos, hecho ocurrido en distintas ciudades, con consecuencias imprevisibles tanto para la integridad física de las y los enfermeros como para la imagen y credibilidad del actual gobierno, de por si deterioradas ante las promesas incumplidas, el nepotismo, la corrupción e impunidad, que repiten lo que ocurrió en el pasado lejano y cercano. El representante legal de la ANEEAH ha interpuesto denuncia ante el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH) por tales agresiones.

La incapacidad para poner en vigencia acuerdos debidamente firmados, que comprometen a las signatarias a aplicar la letra y espíritu de lo negociado expone de cuerpo entero la mala fe y falta de voluntad política por poner fin a este conflicto que enfrenta a las autoridades de Salud con las y los asalariados pertenecientes a un sector clave para el desarrollo humano y bienestar de millones de compatriotas. Ha llegado el momento que la titular del Poder Ejecutivo, la presidenta Xiomara Castro, asuma un papel activo y decisivo para finalizar esta coyuntura de manera pacífica e inteligente. Basta con poner en vigencia los documentos suscritos por la patronal y las y los enfermeros.

El darle largas con el propósito de ponerle fin al impasse mediante la estrategia del agotamiento y desaliento por parte de la huelga de brazos caídos, no conducirá más que a un mayor agravamiento de lo que está ocurriendo, que evidencia la ausencia de un genuino y estricto espíritu de legalidad y responsabilidad oficial.

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