Fallas en nuestro servicio exterior

Periódicamente, la prensa internacional da cuenta de actos ilícitos perpetrados por personal nacional en nuestras embajadas y consulados.

Un nuevo escándalo daña la imagen y prestigio de Honduras y su personal diplomático profesional, al revelarse la conducta agresiva del consejero de Asuntos Económicos y Comerciales en Corea del Sur, César Josué Padilla David, quien en estado de ebriedad acosó y asaltó a un ciudadano coreano en la ciudad de Busan.

Con la nación asiática mantenemos crecientes relaciones de amistad y colaboración, dado el interés de sus Gobiernos de incrementar su presencia en el istmo centroamericano, mediante diversas iniciativas que incluyen el envío de misiones técnicas, otorgamiento de becas, adquisición de productos agropecuarios, y el nuestro de proyectarnos globalmente en búsqueda de nuevos mercados para nuestras exportaciones, independientemente de sistemas políticos e ideologías.

Debe recordarse que uno de los objetivos estratégicos institucionales de nuestra Cancillería lo es el “ampliar e impulsar una política de relaciones exteriores proactiva, eficaz, preventiva, para fomentar relaciones diplomáticas, de cooperación internacional, de inversión y comercio, cultura y turismo”.

Los distintos esfuerzos orientados a contar con un servicio diplomático profesional, de carrera, se ven obstaculizados cuando se nombra a personal carente del riguroso entrenamiento que deben poseer nuestras misiones diplomáticas, desde embajadores, jefes de misión, personal administrativo y técnico, imbuidos todos del alto honor y responsabilidad que significa el representar a Honduras en el extranjero. Se escoge a parientes, amistades, militantes del partido político en el poder, con resultados negativos para nuestra nación, por su manifiesta incapacidad y ausencia de una vocación de servicio.

Periódicamente, la prensa internacional da cuenta de actos ilícitos perpetrados por personal nacional en nuestras embajadas y consulados, en tanto nuestros compatriotas residentes en otros países se quejan, justificadamente, por la falta de atención, desinterés, carencia de relaciones humanas, cuando se presentan a nuestras representaciones diplomáticas gestionando trámites puntuales.

De no profesionalizarse permanentemente a nuestros agentes diplomáticos, depurando a quienes carecen de las diversas cualidades inherentes a los cargos a desempeñar, tendremos que continuar presentando disculpas a los Gobiernos ante los cuales están acreditados por el comportamiento vergonzoso del personal nombrado por la Secretaría de Relaciones Exteriores en otras latitudes.

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