Tras la presentación de los miembros de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih), los discursos, los apretones de manos y las reacciones al acto oficial, comenzará la labor urgente en dos campos: el legislativo, para proporcionar la legalidad a misión de la OEA, y en el acercamiento a la sociedad civil, con el fin de ir concretando en la agenda casos más sobresalientes y las reformas al sistema judicial.
Está claro, y así lo hicieron resaltar, que la lucha es contra la impunidad y la corrupción sin injerencia de política partidista, pues es tal la infiltración en el tejido social que el saneamiento se inicia con cirujanos para llegar al tumor y arrancarlo por completo.
Juan Jiménez Mayor, ex primer ministro de Perú, vocero de la Maccih y representante especial del secretario general de la OEA, Luis Almagro, en un artículo publicado el domingo por el diario español El País, se pregunta y responde:
¿Para qué llegamos a Honduras? Vamos junto con los hondureños a luchar contra la corrupción y la impunidad. Con fiscales y jueces internacionales que han tenido la experiencia de investigar grandes procesos de corrupción en el mundo trabajaremos en casos relevantes que permitan apoyar en el desmantelamiento de redes de corrupción en el país.
Habrá apoyo técnico de expertos en procesos contra relevantes casos de corrupción, pero al mismo tiempo habrá que ir creando, fortaleciendo e institucionalizando medidas contra la impunidad y la corrupción, de tal manera que en aquellos sectores más vulnerables y expuestos a la presión constante de la deshonestidad sean observados con mirada más atenta y decisiones capaces de quebrar todo blindaje.
La Maccih va a cooperar con la Fiscalía y el Poder Judicial para reprimir fuertemente la corrupción. En esa línea, desplegaremos las acciones que se requieran para que la justicia use las herramientas necesarias para darle a los corruptos donde más les duele: su patrimonio, su dinero y su libertad.
No es el momento de echar las campanas al vuelo ni afincarse en el tremendismo de quienes se aferran, como a clavo ardiendo, a posiciones personales y colectivas condicionadas a la coyuntura política. La impunidad tiene todos los colores y la corrupción no ha dejado rincón, suite o grandes salones sin ocupar, por ello el respaldo de todos a ese apoyo es necesario e inteligente para el cambio en nuestro país.
Por ello, al final del artículo en el diario español el vocero de la Maccih señala: Un futuro de transparencia, rendición de cuentas y probidad republicana es posible en Honduras.