18/07/2025
12:11 AM

Dos noticias altamente positivas

    No todo lo que ocurre en nuestro país es de carácter negativo. Existen hechos y acontecimientos que deben ser no solo reconocidos, también divulgados para dejar atrás el pesimismo y desaliento prevalecientes. Y es obligación y compromiso nuestro como medio de comunicación independiente contribuir a resaltar lo positivo, sea resultado del quehacer privado como público, cuando ello ocurre.

    Dos préstamos otorgados al actual gobierno, uno por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y el otro por el Banco Mundial, permitirán la construcción de la represa El Tablón, en Quimistán, departamento de Santa Bárbara, anhelo largamente aguardado por distintas comunidades del valle de Sula -generador del 65% del Producto Interno Bruto-, que a partir de 2025 empezará a hacerse realidad; y la carretera que conectará a Macuelizo, Santa Bárbara, con Corinto, frontera con Guatemala. La obra de ingeniería hidráulica, que requiere de la debida planificación, administración y supervisión, traerá diversos beneficios: generará 13.4 megavatios adicionales de potencia al sistema eléctrico; constituirá una reserva de agua potable y para fines de irrigación y almacenamiento del vital líquido, tan necesario, sobre todo, durante la estación seca; reducirá en un 43% las inundaciones, que cíclicamente causan muertes y destrucción; comunidades que serían inundadas con la construcción de la cortina ya no lo serán, al haberse ubicado sitio alterno. La carretera beneficiará a 194,000 compatriotas, fortaleciendo la actividad comercial y turística, generando puestos adicionales de empleo, vinculando a dos naciones hermanas de manera más consolidada.

    Dice el refranero: obras son amores, que no buenas razones. Bien por el actual gobierno presidido por la presidenta Xiomara Castro. La inversión estatal debe orientarse, con carácter prioritario, hacia obras que generan mayor producción, para bien de la macroeconomía y el despegue económico de nuestro país. De esa manera, con el esfuerzo de todas y todos, será posible hacerle frente a los complejos retos del subdesarrollo y el estancamiento, generadores de más pobreza y de mayor nivel de necesidades insatisfechas. En la medida que tanto la inversión pública como privada -nacional y extranjera-, tenga como prioridad incrementar la producción, en la misma medida se verá un impacto positivo en el crecimiento económico y el desarrollo humano, no solo de la costa norte, también de otras regiones del país, hasta ahora relegadas a un segundo plano.

    El objetivo debe ser el crecimiento equilibrado y armónico de la nación, de acuerdo con las características regionales de cada departamento o conjunto de departamentos, incluyendo los históricamente relegados por los distintos gobiernos a partir de nuestra emancipación política: el nororiente: Gracias a Dios, y el suroeste: La Paz, Intibucá, Lempira, habitados por compatriotas misquitos, garífunas, pech y lencas, respectivamente. Tal integración debe empezar por la física: construcción de infraestructura, vía navegación de cabotaje, aérea, terrestre.