Así ha amenazado Nicolás Maduro a sus compatriotas opositores a su régimen, si el voto ciudadano le es adverso, con lo que desde ahora anuncia que el proceso electoral estará viciado y que no está dispuesto a acatar la decisión mayoritaria de las y los votantes. Más claro no canta un gallo, empecinado en aferrarse al poder con el respaldo de las fuerzas armadas y fuerzas paramilitares.
Los consejos ofrecidos por el presidente brasileño Luiz Inacio da Silva (Lula) en el sentido de reconocer la voluntad del pueblo si rechaza su continuidad al frente del gobierno, al igual que las declaraciones en el mismo sentido del exmandatario argentino Alberto Fernández, lejos de aceptarlas --máxime que provienen de dos de sus aliados--, las ha rechazado públicamente.
El poder y los privilegios inherentes a su tenencia obnubilan a quien no posee una conducta cívica y democrática, receptiva al vox populi, sea favorable o adversa a sus deseos.
El saber perder, con honor y entereza, no forma parte de la formación política de quienes son o aspiran a ser dictadores, recurriendo a procedimientos diversos, que pueden ser sofisticados como la manipulación electrónica del resultado electoral hasta brutales: la represión abierta, el empleo de la fuerza bruta y pura para desconocer el hecho que la población desea, por la vía pacífica, un relevo de personas, ideas y estilos de gobernar, con un equilibrio real entre los tres poderes estatales y no la hegemonía del titular del Ejecutivo que convierta a los otros dos, Legislativo y Judicial, en meros apéndices, figuras decorativas e instrumentos de su voluntad.
Ya han surgido “fallas técnicas” que impiden a 90,000 veedores que, carentes de credencial, no podrían tener acceso a los centros de votación. Estas son las vísperas de lo que puede suceder este domingo 28, fecha de celebración de comicios presidenciales,
El éxodo de venezolanos (as) hacia el exterior, en que millones de personas abandonaron su país ante el creciente deterioro económico y la ausencia de libertades consignadas en la Constitución, se acrecentará aún más si no es aceptado y reconocido el deseo masivo de la población por un retorno al sistema democrático.
Bien haría Maduro en no ignorar la advertencia de Lula. “tienes que aprender, cuando ganas, te quedas (en el poder). Cuando pierdes, te vas. Y te preparas para disputar otra elección”. Este sí supo aceptar el voto adverso de sus conciudadanos y en el siguiente torneo, retornó a la presidencia merced al respaldo de la ciudadanía. Aprenda el ejemplo ofrecido por su colega.
