11/12/2025
12:20 AM

División de poderes

La división de poderes es la garantía del gobierno republicano y el escudo contra el absolutismo; hace más de dos siglos fue enunciado y desde entonces figura en las constituciones de los países democráticos.

    La división de poderes es la garantía del gobierno republicano y el escudo contra el absolutismo; hace más de dos siglos fue enunciado y desde entonces figura en las constituciones de los países democráticos.

    No es un personaje el que manda, como cuando aquel déspota proclamaba 'el estado soy yo', son tres poderes independientes uno del otro ejercidos por personas distintas en un esquema de mutua colaboración para garantizar el bien común.

    La división de poderes es una conquista política que marcó un rumbo distinto para la humanidad, producto de un hecho revolucionario, herencia del talento y el espíritu transformador de los ilustrados de un ayer.

    Cada poder tiene su esfera de competencias, tanto el Poder Ejecutivo, como el Poder Legislativo y el Poder Judicial, todos colaboran para que cada uno tenga un buen desempeño, pero ninguno, so pena de caer en el delito de la usurpación, puede invadir las funciones del otro.

    El caso más frecuente de invasión de facultades ajenas en estas heredades del atraso, ocurre cuando al presidente del Poder Legislativo le da por ser candidato presidencial, entonces es muy frecuente que este funcionario, desesperado por congraciarse con los electores, salte barreras prohibidas por la Constitución.

    Esto es grave sobre todo cuando cuantiosos fondos presupuestarios le son reservados para andar para arriba y para abajo entregando subsidios que si bien son recibidos como bendición del cielo por los beneficiarios, gente pobre que necesita de la atención del Estado, nadie ignora que esto corresponde al poder Ejecutivo en el marco de su política social.

    No he visto en ningún país organizado este fenómeno que otorga ventajas financiadas por el Estado a alguien que debe competir con otros que no disfrutan de estos fondos ni de estas prerrogativas, por eso es que la Constitución prohíbe al presidente de la República o al presidente del Congreso ser candidatos a la máxima representación nacional.

    La lucha electoral debe ser altamente competitiva para que sea legítima, esto significa que nadie debe tener más ventajas que las que le otorga su propio talento o su raigambre popular, si alguien entra pertrechado de dineros estatales o de influencias es igual como cuando antes los candidatos militares entraban a la campaña electoral pistola en cinto y protegidos por el poder que otorgan las armas.

    No se me ocurre qué hacer para que esta deformación no ocurra en Honduras, de momento la única conducta apropiada que puede esperarse es el escrúpulo republicano, la pregunta es si tendrán esta altura los funcionarios pre candidatos.