El tipo de dinero más moderno es el llamado dinero electrónico. Millones de mexicanos ya lo tienen; sin embargo, muchos no lo usan correctamente. Las tarjetas de débito son dinero electrónico. Hay 18 millones de mexicanos que cuentan con una tarjeta de crédito y 33 con una de débito.
La mayoría de las grandes empresas pagan sus salarios a través de las tarjetas de débito, pero muchas de ellas no les enseñan a sus trabajadores su uso correcto, tampoco lo hacen algunos de los bancos que las emiten y las ofrecen junto con las cuentas de cheques.
Si la tarjeta de débito es mal usada puede ser costosa para el usuario. Un trabajador que gana tres salarios mínimos (4,500 pesos) y realiza 20 pequeños retiros en cajeros de bancos diferentes al que le expidió la tarjeta, puede costarle hasta el 10% de su salario, pero si hace 10 retiros en el banco que le expidió la tarjeta no le cuesta nada.
La tarjeta de débito es mi salario, mi dinero. La ventaja sobre los billetes es que si en un microbús me sacan la cartera con mi quincena, ya la perdí, pero si me la roban con mi tarjeta de débito, la puedo reponer.
Muchos pequeños y medianos comerciantes no aceptan tarjetas pues piensan que el registro de esas ventas puede ser un control fiscal. Puede ser cierto; sin embargo, los pequeños y medianos comercios que han puesto su terminal de venta para recibir tarjetas de débito y crédito aumentan sus ganancias en un porcentaje mayor a los impuestos que deben pagar. Los restaurantes son un ejemplo de ese fenómeno, los que aceptan dinero electrónico, además de la seguridad de no tener mucho efectivo en sus locales, incrementan significativamente sus clientes, quienes las rechazan pierden clientes.
Cada día más personas usan las tarjetas de débito y crédito para pagar, lo que además de una mayor seguridad, lleva a más empresas a aceptar el dinero electrónico para crecer. Hay un mercado de más de 50 millones de potenciales clientes portadores de dinero electrónico, si consideramos el número de tarjetas de débito y crédito emitidas.