14/05/2025
11:09 AM

¡Construya su fortaleza!

Aquí le estoy hablando de una batalla que determinará la calidad de su existencia en la tierra. Hay que defender su energía, su vitalidad, la vida que el Señor le está dando, para poder ser una persona triunfadora.

    Aquí le estoy hablando de una batalla que determinará la calidad de su existencia en la tierra. Hay que defender su energía, su vitalidad, la vida que el Señor le está dando, para poder ser una persona triunfadora.

    Para eso combata con fe y esté en comunión con nuestro Creador, fuente de toda vida y energía que existe. Isaías 40,31 dice: 'Aquellos que sirven al Señor, recobrarán sus fuerzas; se remontarán con alas de águila: podrán correr y no se cansarán; caminarán y no se desfallecerán'. El salmo 18, 3-4 dice: '¡Yahvéh, mi roca y mi baluarte, mi liberador, mi Dios; la peña en que me amparo, mi escudo y cuerno de mi salvación, mi altura inexpugnable y mi refugio. Invoco a Yahvéh, que es digno de alabanza, y quedo salvo de mis enemigos'. Al final de cuentas toda la acción de sus enemigos, y el peor es usted mismo, consiste en arrebatarle su energía, sus ganas de vivir, su ilusión, su amor, su fuerza interior y convertirlo en un mequetrefe, en un títere de las circunstancias.

    Pero si usted está unido a la fuente de toda energía, tanto espiritual, intelectual, nuclear, eléctrica o universal que es el Señor y se deja llevar por Él, vencerá cualquier obstáculo que se le presente. Le advierto, pues, que está en una batalla y el fin de sus enemigos es arrebatarle su energía y dejarlo tirado en la cuneta de la vida, viendo pasar a otros que sí están haciendo cambios sustanciales en la historia.

    Usted no nació para estar marginado de todo, débil, desanimado, hundido, fracasado y humillado. Nació para vivir haciendo el bien con fortaleza y ánimo hasta el último día de su vida.

    Pasos para construir su fortaleza:

    1. Tenga fe profunda en Él, quien todo lo puede y que con usted 'son mayoría aplastante'. Nadie podrá destruirlo si tiene a Dios como su más grande aliado. En Filipenses, 4,3 dice la Palabra: 'Todo lo puedo en Cristo quien me fortalece'. Como en los antiguos castillos medievales, construya ese fuerte espiritual en lo más alto de la montaña, lo cual significa, ponga su vida en el Corazón de Dios y esté en comunión con Él.

    Viva 'desde allá arriba', instalado en Él y lo podrá vencer todo. Desde Él vea que todo está bajo el control de Dios y aunque pareciera que el mundo se resquebraja y se hunde, el Señor vencerá y con Él los que estemos bajo su amparo y protección.

    2. No le haga caso a su subconsciente que ha sido trabajado durante años por su mente negativa, frustrada y enferma. Él le devuelve a usted lo que usted sembró y eso ya se debe acabar.

    Dígale: 'No te creo, lo que me dices de mí es falso porque no soy torpe ni tonto, ni me faltan capacidades. Yo con Dios todo lo puedo'.

    Construya su fortaleza espiritual creyendo que usted ha sido creado a imagen y semejanza de Dios y por lo tanto, tiene todo lo necesario para triunfar y que hay muchos recursos interiores que usted no ha estrenado.

    Usted es mucho más inteligente, valiente, audaz, emprendedor y bueno de lo que cree.

    3. Vigile sus sentimientos negativos de rencores y odios que provocan emociones de ira y cólera y limpie su alma de todo eso. Se sabe que todo derroche emocional de estallidos de rabia desgasta su organismo y que albergar envidias y mala voluntad contra otros por mucho tiempo afecta su sistema inmunológico y provoca enfermedades.

    Los sentimientos y emociones negativos son tan fuertes como cualquier bacteria y pueden afectar su organismo físico. El miedo y el odio, el complejo de culpa y la ira pueden ir desbastando su caudal de energía y dejarlo exhausto y descontrolado. Recuerde, pues, que la furia, el resentimiento y la culpabilidad nos enferman y van mermando nuestras energías.

    4. Recuerde que nuestro cuerpo está programado para producir toda la energía necesaria y vivir largo tiempo en la tierra, salvo enfermedades congénitas o adquiridas y que el cuidado del mismo con una dieta adecuada, ejercicios y descanso ayuda a que rinda nuestra energía de manera asombrosa.

    Para eso hay que respetarlo y evitar todo abuso y no contaminarlo con el tabaco, droga, licor y corrupción sexual. Recordar que es nuestro vehículo en la tierra y que mantenerlo sano, junto con todos los detalles ya mencionados en este mensaje, le permitirá a usted construir esa fortaleza espiritual que honrará a Dios, 'en quien vivimos, somos y existimos', Hc. 17,28, y con quien somos invencibles.